jueves, 12 de enero de 2017

Rock or Bust

¿Rock or Bust?



En Huasco, un pequeño poblado costero del norte de Chile se realiza desde hace años un comprometido encuentro de Rock que dura aproximadamente unas doce horas. Digo comprometido porque las bandas asistentes cobran menos de lo usual, la entrada es gratuita, el escenario está junto al mar, el discurso es la protección del medio ambiente, y el verbo es el Rock. 

Los A77aque compartieron escenario junto a Los Machuca, apoyando al Municipio y a los ciudadanos en el juicio que llevaban contra Endesa a fin de evitar la construcción de la Central Termoeléctrica más grande de Sudamérica. Y lo consiguieron. No diré que fue gracias al Rock, no, pero su mística ayudó. 


Por el anfiteatro del mar pasaron más tarde Los Miserables, Los Chancho en Piedra, Sinergia, Los Peores de Chile y otros próceres del rock nuestro de cada día, que con humildad y oficio, fueron capaces de ir compartiendo escenario con los chicos de bandas locales de Huasco. El sueño del pibe. Papelucho puede ser Rockero. Y los chicos le llamaron a su festival: "La Cumbre del Rock". 


Eso hasta que desde Santiago alguien cogió el teléfono y dijo que no podían llamarle así a su festival, pues el era dueño del nombre "Cumbre del Rock". Hasta ahí llegó el nombre. Nadie se iba a pelear por algo tan bobo, algo tan de la guerra fría como el término "Cumbre" para designar a un grupo de chicos que se juntan a hacer aullar sus guitarras. Al menos eso era en Huasco, juntarse a rockear. Lo de Santiago era otra cosa, un show pagado con los artistas de moda y algunos clásicos acostumbrados a no sacar nada nuevo como Joe Vasconcellos. Hace rock Joe? Y esa comenzó a ser precisamente la pregunta en el último festival capitalino, en la última "Cumbre del Rock", donde se pasearon músicos como Javiera Mena, Monserrat Bustamante con tatuajes, y un encabritado Alex Andwanter que manifestó sentirse incómodo en ese club de machos: "Yo no me identifico mucho con el rock, porque el rock ha sido tradicionalmente un club de hombres, y si necesitamos algo para este 2017 no es un club de hombres, sino que más igualdad, más respeto por las mujeres y para la comunidad gay",  olvidándose del peso histórico de bandas como Queen, The Hole, olvidándose del paso por Chile de Sinead O'Connor en el Amnistía Internacional lanzando un escupitajo muy rockero al costado derecho del escenario; olvidándose, como bien nos recuerda Greil Marcus en su "Historia del Rock en 10 canciones" que las canciones del mismísimo Little Richard estaban llenas de gays, travestis, adúlteros y prostitutas, por no hablar de las prostitutas travestis gays adúlteras; o que la banda Joy Division se puso ese nombre por los burdeles de prisioneras de los campos de concentración nazis, en honor a los oprimidos, no a los opresores. 


Cuántos de esos chicos huasquinos que hacen estallar sus guitarras bajo las chimeneas industriales habrían matado por estar sufriendo el boicot técnico en el club de machos denunciado por Andwandter. Ni siquiera hace rock, dirían los más ultrones.

Es el problema de estos festivales de rocketeck , porque en eso se han transformado, en un escenario generador de tickets y monedas para productoras, sin una idea, sin un estallido, sin una razón, o más bien con una razón, una nada más lejana que la del rock que suda el espíritu adolescente, esa que inspira y es portadora de sueños. 

Solo es una gran venta, esa Cumbre del Rock sin espíritu, no es más que un gran supermercado con un show de variedades al que solo le faltó Palmenia Pizarro y ya habríamos estado frente al Festival de la Una con un Gian Phillipe Creton haciendo de Enrique Maluenda (desde cuando hay animadores en los festivales de Rock?); donde Cecilia habría sido más pertinente que Javiera Mena. Un verdadero Carnival tan kitsh como le pareció el festival de Viña a Charly García cuando subió al escenario en silla de ruedas y dijo: "aprende Chile, esto es Rock".


Y qué es Rock? Marcus cita a Neil Young: "El rock and roll es despreocupado e imprudente. El rock and roll es la causa del country. El country y el blues llegaron antes, pero de alguna manera el lugar del rock and roll en el transcurso de los acontecimientos ha quedado disperso". Y claro, el rock es una tierra de libertad, sin espacio ni tiempo, que admite todo con su inefable poder de transformación, pero cuando estamos frente a una maquina simplona de compromisos monetarios, el velo se descorre porque se ha matado la esencia, como cuando alguien en su ignorancia lo tilda de machista (al Rock!), como cuando no importa meter cualquier cosa en la licuadora con tal de rellenar la grilla, con el fin de vender y cumplir con los compromisos económicos. 

Hablábamos con Alfredo Lewin sobre la incorporación momentánea de Axl Rose a Ac/Dc, cuando analizábamos el capítulo de los dinosaurios en "Cocinando con Caníbales"

¿Qué clase de engendro era ese? Pero claro, the show must go on, sobre todo si las entradas ya fueron vendidas. ¿Rock or bust? Fue el tema con que terminamos la entrevista.

Rock or Bust, ¿cual es la verdadera "cumbre" del Rock? La de la Capital con su grilla, cumpliendo compromisos económicos, sus asientos estratificados socialmente y ofertando homenajes variopintos sin tema ni lema, o es la fiesta de los chicos en Huasco que pelean contra las chimeneas industriales montados en sus guitarras como el quijote frente al Molino, esa que se hace gratis frente al mar, compartiendo escenario junto a sus héroes, con los ojos llenos de imprudencia, llenos de rebeldía y llenos de Rock.