Hay una reflexión de Rousseau en su "Contrato Social" sobre el origen de la propiedad que siempre que estoy en alguna playa "privada", me hace mucho sentido. Que la propiedad de las tierras nace a partir de que a un individuo se le ocurre decir “Esto es mío” y el resto hemos sido lo suficientemente ingenuos como para creerlo.
A qué voy con esto, a reflexionar en torno a las complicaciones en torno a la soberanía nacional y popular, que tan en entredicho se encuentran en Chile, especialmente ahora que, sin embargo, se demanda de los ciudadanos instándoles a respetar esa "Soberanía", a propósito de la demanda boliviana de una salida soberana al mar que perdieron su acceso en una Guerra (para las autoridades chilenas, una invasión, en la visión boliviana).
Es lo que hace el magnate y Ex Presidente de Chile Sebastián Piñera, cuando en estos días destaca como “firme y clara la defensa de Chile en La Haya” e insta a que “todos los Chilenos debemos unirnos férreamente en defensa de nuestra soberanía, territorio y mar”.
La pregunta que me asalta es cómo todos los chilenos debiéramos defender "férreamente" nuestra soberanía. ¿Significa que deberíamos ir a la guerra si nos va mal nuevamente en La Haya? ¿Significa que debemos continuar negando la solicitud boliviana como una política de Estado? ¿En honor al sacrificio de nuestros próceres?
Creo que tengo justa inquietud en preguntarme, por qué debiera yo ir a la guerra al igual que lo hizo el colega abogado Arturo Prat y dar mi vida por la soberanía de unos terrenos que seguramente ni siquiera conozco, por unas playas en las que no me he bañado y por unos yacimientos mineros que no me reportan verdaderas riquezas, pero que sí demandan un enorme gasto energético por el cual pequeñas comunas son sacrificadas con termoeléctricas y contaminación de sus fuentes acuíferas?
En el fondo el llamado de Piñera (y me centro en Piñera como icono de lo que es la clase dominante de este país, pero en eso se incluye a la centroizquierda y a toda la clase oligarca que nos tiene de los testículos), es un llamado a defender qué cosa, las riquezas del país? ¿De qué soberanía estamos hablando aquí?
Nuestra Constitución establece en su artículo 5 que la soberanía reside esencialmente en la Nación, y se ejerce a través de los denominados mecanismos democráticos, esto es, plebiscitos y elecciones de autoridades. sin embargo, como hemos visto con ocasión de los Casos Penta y Soquimich (para el que no se entera, empresas privadas financiaron a las autoridades democráticamente elegidas por el pueblo), la soberanía ha sido permeada de manera flagrante por los intereses económicos, al punto de que no sabemos si la leyes y actuaciones del Estado, obedecen a la voluntad popular desde que se recobrara la democracia. Tenemos una Ley de Pesca que terminó de repartir los mares a las nueve familias multimillonarias de Chile, esos mismos mares que añoran tener soberanamente los bolivianos. Entonces, ¿qué soberanía me piden que defienda para ir a poner el pecho a las balas en caso de ir a pelear con los vecinos? ¿Que vaya y defienda los yacimientos mineros de empresas canadienses? ¿Los puertos y costas de Angelini?
La pregunta es, ¿a quien defiendo cuando me piden defender un territorio y su soberanía? ¿Daría usted la vida de sus hijos para defender el mar en que las grandes industrias pesqueras arrastran los recursos que se supone nos pertenecen a todos y que lamentablemente debo comprar enlatados y rebosantes de glutamato, en un supermercado?
Sólo como dato, Ciper informó que "el grupo económico que encabeza Roberto Angelini posee el 60% de las acciones de Orizon y el 77% de las de Corpesca. Por eso preside ambos directorios, donde participa con Sergio Lecaros Menéndez y el
ex presidente de la Asociación Chilena de Seguridad, Jorge Matetic, entre otros. Su área de operaciones se extiende en las distintas pesquerías repartidas desde la frontera con Perú hasta el límite sur de la región de Los Lagos. Si se suman las cuotas de captura que poseen las dos empresas en todo el país, entre ambas familias concentran el 31,95% de la cuota industrial de jurel, el 75,41% de anchoveta, el 20,24% de sardina común, el 62,98% de sardina española y el14,76% de merluza de cola. Pero su principal patio de operaciones es la zona norte."(http://ciperchile.cl/2012/01/25/los-duenos-del-mar-chileno/)
Se que hay gente que le gusta defender cualquier cosa. Hay personas que están dispuestos a plantarle un cuchillo en el hígado a un hincha rival en las afueras de un clásico entre Colo Colo y la Chile, influidos por el fanatismo, la ignorancia, el alcohol y la pasta base, así que no me extrañaría que existan algunos cabeza de pistola que estarían dispuestos a dar su vida por defender los yacimientos mineros de los gringos y los pescados de Angelini, sin necesidad de estar angustiados por la "pasturri" pues la mala educación nacional permite este tipo de comportamientos y los ensalza como muestras de patriotismo.
Siempre habrá guardias de seguridad, por pocos pesos, y eso lo saben los dueños del país.
El problema es por qué existen "dueños" del país y es que desde que estos existen, el Estado no existe y sin Estado, evidentemente no existe soberanía alguna que defender.
Cuando observamos a políticos y empresarios, con cara de "yo no fui", o de "esto debe ser un chiste", tras ser formalizados por su cooptación institucional de legisladores y autoridades, comprendemos que su certeza de impunidad y su verdadero desconcierto ante las formalizaciones e imputaciones de delitos, obedece a la reacción propia de aquel que es dueño de algo y no comprende que le puedan reprochar el uso, goce y abuso que ejerce de su propio dominio. Si mal que mal, sólo se comporta como dueño y señor.
Es lo que ocurre con el conjunto de entrevistas de don Francisco a los ex Presidentes, cuando se pregunta "¿qué le pasa a Chile?", en una estrategia comunicacional gigante para recordarnos los avances de los gobiernos democráticos pese a los "episodios" de corrupción y "malas prácticas". ¿Qué le pasa a Chile don Francisco? Pasa que mientras a su empresa de ropa Jhonssons le condonan cifras exorbitantes y millonarias de la recaudación fical, a la Señora Juanita de Ricardo Lagos no le dejan timbrar boletas a menos que pague la deuda de cien lucas de iva y le clausuran el negocio. Pasa que mientras defienden las bondades del "sistema liberal", las empresas crean monopolios aberrantes en áreas tan sensibles para el ser humano como los son la salud, la educación y las pensiones de vejez. No se ha enterado aún qué le pasa a Chile?, pregúntele al Mandolino pues y no pierda el tiempo escuchando las pobres justificaciones de los gobernantes.
Es ese momento, cuando comprendemos que este país está repartido y no hay posibilidad de alcanzar el éxito al margen de estos señores. Acá no existe el American Dream, Ni siquiera el Chilean Dream a la Chilean Way.
En este país, desenfadadamente neoliberal (pero con sotana y abuso), no existe nada parecido al Sueño Americano. Pinochet trató una vez por cadena nacional de hacernos creer que cambiábamos el Cancer marxista por un amable "American Dream", pues auguraba que en el mediano plazo uno de cada diez chilenos podría tener una casa propia, uno de cada siete un automóvil y uno de cada tres un televisor a color. Seríamos un país de propietarios y no de proletarios, nos advertía ufano el dictador de ojos azules. Cuando la gente aún cagaba en un tarro, la idea no parecía tan mala. Con un escenario de libertad de emprendimiento, existiendo igualdad de oportunidades para acceder al mercado con las ideas, seguro que no era tan descabellado pensar en hacerse rico, en dar un gran salto desde la miseria y la prosperidad armado sólo con la tenacidad del mérito, las ideas y mucho esfuerzo. En eso se basa el American Dream en esencia ¿no es verdad?, diría nuestra Presidenta Socialista.
En esta larga y angosta faja de tierra en cambio, pese a lo mucho que nos gusta imitar, pues imitamos desde el acento de nuestros interlocutores extranjeros hasta los cánticos de las barras bravas del fútbol argentino, nos conformamos con que la imitación funcione y satisfaga a su imitador, no obstante lo burdo y grotesco que ello parezca. Aplaudimos el plagio y aplastamos lo auténtico a menos que goce de algún reconocimiento internacional, si no basta recordar nuestros premios Nacionales que se entregan después del Premio Nobel. Igual cosa ocurre con el sueño americano, se le ha imitado, a la Chilean Way, con un manto de seriedad, legalizado y empinado en el tope de la tabla del éxito moral. Pero realmente alguien cree que una fortuna en este país de mierda se puede conseguir sin teñirse las manos con sangre o sin poner los pies en la alcantarilla?
La sociedad está desesperada porque ya se quitó la venda de los ojos y lo que es peor, realmente la ignorancia era dicha, porque ahora el ciudadano de a pie comprende que en este país la torta ya se repartió y la única forma posible de acceder a un trozo es matando a uno de los comensales. Ya lo sabía Piñera cuando traicionó al magnate que lo envió a estudiar el mecanismo de las tarjetas de crédito, al que le dijo que el sistema no servía y al rato lo instaló el mismo forrándose y comenzando de ese modo a establecer su imperio. Se le puede reprochar su jugada traicionera? No lo hago, ese magnate formó y mantuvo su imperio de formas aún peores. el ladrón que roba a ladrón tiene absoluta aplicación aquí.
Acá nadie se ha hecho rico con verdadero esfuerzo. Deben ser contados los casos de pirquineros que le dieron el palo al gato,tras una vida de esfuerzo, pero el resto no es mas que una manga de huasos brutos endogámicos que heredan tierras, despachos e industrias que significaron la expoliación de sujetos más débiles.
Acá los ricos se hicieron más ricos y los nuevos ricos se hicieron ricos, colaborando con saqueo de los españoles primero, luehgo colaborando con la banca británica para la Guerra del Pacífico, y más recientemente, colaborando con el golpe de Estado de Pinochet en que llegada la democracia, dejaron que encerraran bajo llave a los verdugos que hicieron el trabajo sucio por ellos y se divorciaron de las hijas del General. Eso les sirvió para privatizar empresas nacionales, privatizar el mar, los minerales y hasta el agua. Conformaron potentes monopolios y concentraron la riqueza, excluyendo al resto, dejándolos con la sed y la esperanza del chorreo. El chorreo!!!, ha sido una teoría económica que se enseña en las facultades de economía de este país!!!
Imaginen el nivel de saqueo, que en la revista Forbes nunca faltan los chilenos en el ranking de Súper Millonarios. Estamos hablando de un país tercer mundista exportador de materias primas y que ni siquiera posee petróleo y tenemos Súper Millonarios!!
Eso se debe únicamente a que aquí existe gente que le quitó, sin razón y sin más mérito que la oportunidad bajo metralla, la parte de recursos que le pertenecía al resto, tan sencillo como eso.
Es lo que suele ocurrir cuando se pasa de regímenes totalitarios a democracias con libre mercado, se establecen verdaderas mafias. es lo que pasó en la ex URSS, por mucho que el General Pinochet se haya creído que era muy distinto a Stalin.
Los Chicago Boys también llagaron a la EXURSS, a colaborar con el ebrio de Boris Yeltin y aplicaron la denominada "terapia de choque", idea de Iegor Gaidar, más papista que el Papa, de quien se dice que "ningún consejero de Ronald Reagan o de Margaret Thatcher creía en las virtudes del mercado con tanto fervor como él. Rusia nunca había conocido nada que se asemeje de cerca o de lejos a un mercado y el desafío era gigantesco. Yeltsin y Gaidar pensaron que había que actuar rápido, muy rápido, adoptar medidas vigorosas para atajar la reacción que había acabado con todos los reformadores desde Pedro el Grande. La píldora que había que hacer tragar la bautizaron «terapia de choque», y fue de verdad todo un choque.
Antes de morir, no hace mucho, el ex primer ministro Yegor Gaidar confesó a un periodista: «Tiene usted que comprender que no elegimos entre una transición ideal hacia la economía de mercado y una transición criminalizada. La elección era entre una transición criminalizada y la guerra civil.» (texto de la Biografía "Limónov", del escritor Emmanuelle Carrere).
Nosotros pasamos de una transición militarizada con dos mil muertos durante la dictadura a una transición democrática, que consolidó el dominio del país en manos de un grupo de sujetos. No, no son mafiosos, ellos mismos lo han dicho.
Ponce Lerou grafica con su vida, lo notable del proceso, se tuvo que follar y bancar a la hija del viejo general, para que en democracia, junto con darle la patada en el culo a la hija del tirano (no descarto que haya sido un férreo promotor de la Ley de Divorcio), los políticos corrieran en manada a efectuarle asesorías orales a cambio de dinero. algo que suena sospechosamente parecido a la prostitución.
Por eso, cuando me hablan de defender la soberanía, como dicen nuestros viejos saqueadores, que se vayan a tomar por culo, ya me tienen endeudado por tres generaciones y ahora quieren además que les defienda la riqueza como carne de cañón, es mucho pedir no creen?.
Ahora la barra pop dirá que soy un antipatriota, me da igual. Si lo pensamos bien, para el pueblo chileno, lo mejor sería negociar una entrega soberana de territorio a Bolivia, mal que mal se lo entregaríamos a un Estado y no a un grupo de megamillonarios, porque al menos en Bolivia existe una verdadera defensa constitucional de sus recursos naturales.
Con la promulgación de la nueva Constitución Política del Estado el 7 de febrero de 2009, se introdujo un cambio fundamental en el régimen y tratamiento de los recursos naturales, no sólo en el tema de minería sino también en el tema de los hidrocarburos. En efecto, los artículos 348 y 349 establecen que los recursos naturales, entres esos los minerales, son de propiedad y dominio directo, indivisible e imprescriptible del pueblo boliviano y corresponderá al Estado su administración en función al interés colectivo.
Ello significa que al Estado se le ratifica la calidad de propietario de todos los recursos naturales del país, y además la propia Constitución le confiere la facultad de otorgar derechos para el uso y aprovechamiento de los recursos naturales, lo que se puede establecer mediante contratos entre el estado y particulares, previo cumplimiento de las condiciones establecidas en la Ley. Si al privado no le gustan las condiciones del contrato que le impone el Estado, pues bien, no contrate. Han dejado de explotar? pues no, al final negocios son negocios, por muy feo que les parezca Evo Morales.
Quien sabe, en una de esas podríamos negociar que, así como lo establece su Constitución, los recursos naturales pertenezcan a ambos pueblos, el chileno y el boliviano, por fin, como hermanos. Soñar es gratis, ya lo sabemos a propósito del Chilean Dream.