viernes, 12 de julio de 2024

La Bodega


Ahora siento que solo soy feliz 

cuando estoy en la bodega.


En la bodega no hay gritos.

En la bodega no hay deudas.

En la bodega no hay platos por lavar.

En la bodega no hay señal de nada.


En la bodega - si no me interrumpen los enanos ni BlancaNieves - solo estoy yo.

Yo y mis libros

Yo y mis planes grandiosos

Yo y mis conspiraciones secretas.

Acompañado únicamente por

Mis historietas por encuadernar

Mis juguetes de colección

Mis primeras canciones de amor,

escritas con un bolígrafo en viejas hojas de cuadernos moribundas.


En la bodega solo soy yo contra el desorden

Contra las ropas viejas y excesivas que alguien acumuló

Soy yo contra papeles inútiles, carpetas, zapatos pisoteados, 

Soy el eterno yo soy, 

el exterminador implacable de utensilios

sin utilidad.


Y entonces yo los boto

Los elimino en bolsas negras como cadáveres anónimos y que desaparezco a espaldas de mi mujer.


En la bodega solo existo yo.

Soy el amo absoluto

Me abro paso entre cajas y telas y arañas muertas

Y decido sobre toda existencia

Mientras leo primeros capítulos de libros que tal vez nunca leeré completos, sin que nadie me vaya preguntando si ya los leí.


Porque en la bodega soy el soberano

Porque en la bodega no hay horarios 

ni jefaturas 

ni Ministerios.


En la bodega no hay notarios, fiscalizadores, impuestos, contribuciones, diezmos, dioses, feministas, sacerdotes, diagnósticos.


Porque la bodega es el último paraíso 

que me fue dejando esta frontera.