martes, 24 de febrero de 2015

El tiempo

El tiempo que todo lo cura,
lo embalsama o lo maquilla,
se dobla y se retuerce cuando choca 
con ciertos objetos imprudentes,
con ácaros sin ropa
con rumas de papeles con caligrafías exactas,
con esos envases plásticos de aderezos y especias, para cenas que no se alcanzaron a celebrar,
con regalos manufacturados que recién cobran vida y toman sentido.
No es gran cosa, el tiempo,
pero al menos
todo lo suaviza, le monta un filtro engañoso a la sonrisa,
y ya no patea el pecho con la fuerza desconsolada de dos lunas huérfanas, 
Ya no se presienten los arribos,
Ni se derriban puertas con la tempestad, 
Hasta se apagaron los gritos que bajaban desde el cerro, 
con esa cólera embravecida, asesina y absurda,
Ahora pasas por mi lado
sin reconocer mi sombra.
No es culpa del tiempo
el tiempo no lo cura,
el tiempo sólo es tiempo,
es espacio sin presencia,
es ausencia de tactos, labios y dientes,
pero es tiempo, sólo tiempo,
no es amnesia,
no es razón ni voluntad,
es lo que demora en llegar la luz
desde una estrella muy distante
a los ojos del que recién comprende,
cuando ya es muy tarde,
cuando ya está muerta.








miércoles, 18 de febrero de 2015

Los hijos tontos no arruinarán el festín

A propósito del escandaloso Nueragate,que involucró a Dávalos, el hijo gordo y brilloso (no brillante, brilloso), de nuestra Presidenta, adalid de la igualdad, circo triste que nos hizo revolver las tripas y decir “váyanse todos, váyanse ya”, llegó a mi mente esa imagen de aquellos chicos sin talento, que después de mucho tiempo te re-encuentras en el camino: tú como un perdedor nato,ciudadano de a pie, que aunque “pintabas pa weno”, te quedaste entre tarjetas de crédito, ciber críos y Mc realidad, marcando el paso, haciendo el trabajo y quejándote por twitter, si es que la tecnología y tu bolsillo te lo permiten

Con Dávalos me recordé del hijo del jefe que era medio baboso, pero que siempre tenía las mejores bicicletas aunque era incapaz de saltar dos cuerpos de distancia con la mitad de la destreza de“El Tarro”, o del gordito coloradito aquel,que era dueño de la pelota y al que había que invitar necesariamente para poder jugar la pichanga. Me recordé de ese estudiante universitario malo, flojo, duro de mollera, que siempre terminaba de dirigente estudiantil para obtener nuevas oportunidades académicas, o de ese compañero de colegio que jamás tuvo opinión ni sentido de comunidad ni mucho menos liderazgo, y que un día simplemente apareció en una gigantografía financiada por su papi y sus amigos para terminar convertido en diputado y más tarde Senador. Me recordé de ese colega abogado mediocre, que sin mérito alguno más que gozar de un pituto familiar y político, terminó ganándose la vida fácilmente, forrándose y firmando papeles como Notario o Conservador de Bienes Raíces, forever, y seguramente forever por él, por sus hijos y sus nietos, por los siglos de los siglos, amén

Hablo desde el resentimiento? Mmm creo que sí, lo admito, porque si me hubiese tocado esa fortuna, seguramente lo consideraría justo, porque quienes se encuentran en tal posición, se auto convencen de sus méritos, que aunque inexistentes, por el sólo hecho de obtener la situación de ventaja, se ven elevados en su capacidad, creen que es lo que les corresponde como un derecho innato, y cómo contradecirlos, si así se les ha dicho reiteradamente desde la cuna, en algunos casos, o desde el desparpajo que otorga la patudez de quien vive bajo la dicha de la ignorancia, en otros.

En este país, no querríamos acaso todos tener como apellido un “Allende”? No nos abriría para siempre las puertas,tanto a mí como a mis generaciones postreras, la posibilidad de llegar La Moneda con solo esbozarlo como un deseo pueril? O un “Chadwick”, no me serviría para quedarme con unas cuantas concesiones de Obra Pública de cuando en cuando para no trabajar ni un solo días más, en toda mi puta vida? O cualquier apellido medio rancio, que suene castizo, inglés o medio alemán?Mientras huelan a gringo y se puedan bailar, decía el delirante Jorge González en Sudamerican Rockers. 

El problema se intensifica cuando estos verdaderos dioses exaltadosnos revelan, que al igual que el resto de los mortales, al igual que esos gañanes medio negrillos que estudiaron en un liceo municipal, que aun tienen los dientes chuecos y el pelo duro, son igualmente falibles, es más, son extremadamente falibles, y su construcción histórica del poder queda reflejada en su total impericia, bajoel influjo   violento de la fuerza.

Y eso indigna realmente a la masa de ovejas esclavizadas, que somos el resto de los ciudadanos crónicamente vacunados por nuestros shamanes dirigenciales, pues suponemos, asumimos que en fin, ya están ahí, nadie va a hacer la revolución, okey, están en posiciones de poder, okey, pertenecen a un mundo inalcanzable, posen estudios portentosos, con honores en la U. de Chile, embalsamados en la ética de la Pontificia Universidad Católica, con inapelables MBA en Harvardque juegan al polo y al golf, que han almorzado con Obama o le agarraron el culo a la Lewinsky, que vienen de familias con tradición histórica, y etcétera, cuentos y cuentos que justifican siempre esa posición que les ha permitido quedarse con el dominio de los minerales, de las aguas, de la pesca y hasta de la dignidad financiera del resto de los mortales de esta larga y estrecha faja del desconsuelo.

Pero estos sabios shamanes, de cuyas magias presentíamos su obscuridad antes que la luz, resultaron no ser más que prestidigitadores y charlatanes acreditados entre sí. Si no, cómo explicarse que el caso Penta se sustente en una operación tan burda como la emisión de boletas y facturas ideológicamente falsas para deducir impuestos, pagarse bonos, vacaciones, retiros camuflados, y de paso financiar a la clase política, para financiar a sus “hijos tontos”, esos que hacen de la política su único medio de subsistencia, porque estos hijitos tontorrones, no sirven para trabajar en la empresa de papá, ni para estudiar, ni para desarrollar una profesión honrada, o dedicarse al clero ni la meditación, porque les gusta follar como conejos, y  son además feos como ellos solos, por lo que no podrían ni siquiera prostituir sus cuerpos, de manera que finalmente terminarán prostituyendo la palabra empeñada con sus electores, lo que es evidentemente mucho más grave y dañino para las “instituciones” que siempre funcionan, pero en su favor.

Y cuando hablo de estos hijos tontos, ni siquiera lo digo yo, lo dicen sus padres, lo ha dicho Andrés Santa Cruz al plantear que la “Alianza” no posee ninguna injerencia real en los debates ciudadanos. Les da con un mazo más fuerte que la peor de las burlas que pueda imaginar la lengua virulenta del ex Ministro Vidalpues lo que está haciendo es reclamar precisamente en contra del despilfarro más absurdo de los empresarios nacionales desde el regreso a la democracia, que es el financiamiento de los mediocres políticos de la derecha chilena, pues finalmente comprenden que ese es un gasto peor que perder la tarjeta de crédito en un bar de putas, especialmente ahora que con el sistema binominal totalmente out, las posibilidades de “cooptación” de leyes a través de la autodenominada “centro” derecha, está más out que nunca.

Qué queda entonces? Evidente. Mejorar la relación con los socios de la “centro izquierda”, afianzar lazos con esos ingenuos glotones como Dávalos que sólo quieren impresionar a su pierna con el arito y su “poder”, invitar a jugar al gordito que es dueño de la pelota, agarrarle los testículos a la Presidenta, para seguir interviniendo en el Estado como nunca debe dejar de ocurrir, porque sienten que ellos son los dueños del Estado, porque el concepto de dominio sobre todas las cosas, es lo único que parece importar, mantener el peso de la noche del añejo orden.

Pero nos asalta una pregunta que es de cajón, por qué los empresarios, en el Estado más liberal de América Latina, necesitan tan imperiosamente tocarle los huevos al Estado? Que acaso el sistema liberal no les satisface plenamente? Es demasiado un sistema de libre mercado que necesitan doblegarlo y ponerlo de rodillas también, manejar los precios (farmacias), esclavizar a los deudores (retail, banca), o defraudar a los beneficiarios (isapres y afps)? Pero eso no es contrario al propio sistema que protegen?

Entonces la pregunta surge sola una vez más, ¿qué es lo que realmente quiere la clase dirigente para el Estado de Chile? No me refiero a los políticos, pues estos son, como ya dije, los hijos tontos de la élite dirigencial, que ya los tienen muy cabreados, porque ni para la política sirvieron si no es con un tirano al lado. Eran mejor los militares, sin duda que dirán ahora, más efectivos y más baratos, no debimos dejar que los mandaran presos, reflexionarán mientras practican su swing en el campo de golf.

Pero de verdad, qué es lo que quieren? No es libre mercado, esa es una mentira que se están diciendo para dormir tranquilos por la noche, porque no actúan bajo esas reglas. Entonces, es que sólo quieren más y más? Un Estado mínimo o un Estado títere? Es sólo una loca carrera de poder por poder? Ganarse las entradas para el viaje al espacio?

En esto, hay que concederle a Jovino Ojos azules y sus boys un descanso, pues mientras la élite dirigencial no tenga claro sus objetivos frente a la función estatal, es bien difícil que “Los Huasos Quincheros puedan poner algún hit exitoso en las radios.

Mientras tanto, todo parece una alocada carrera por el poder, una gula infinita, una voracidad que no tiene nombre. En definitiva, nada más grotesco, y de más mal gusto que este festín sobre los huesos del ciudadano, tan obsceno y rasca como ver comer espaguetis al Coca Mendoza, sentir como raspa la olla el guatón Moreira, o ver a la Familia Larraín limpiándose el culo con la justicia y la dignidad de todo un país. Pero claro, los hijitos, hagan lo que hagan, no arruinarán el festín.




domingo, 1 de febrero de 2015

Versos para bajar de peso

Para bajar siete kilos en un mes,
no gaste en doctores, nutricionistas, ni shamanes,
ya no sufra hambrunas, no, qué barbarie!!
No llame al llame ya, buscando productos milagrosos, cinturones abdominales, enemas digitales, 
ni aplique en sobredosis el milagroso reduce fat fast.
No convoque a obscuros dealer de farmacia, en procura de clorhidratos de fentermina, sibutramina, y efedrina.
No sea bestia y no le crea a la Cosmopolitan, al Mens Health, ni al Guardián de la Salud, 
que la solución a tus grasas y desgracias,
radica en el aquel sentido,
que ya se ha dicho tantas veces,
es el menos común de todos:
Son reglas muy sencillas, 
que pueden extender la vida inmoral,
de obesos calaveras y disolutas gozadoras del tentempié.
Es tan simple como dejar de consumir azúcares mal sanos, masas, harinas malignas de toda índole,
y encurtidos de puerco delicioso
rebosantes de glutamato.
Deberás también dejar los corchos y las tapas roscas en su lugar por un rato sensato,
y suspender el consumo de toda clase de alcoholes espirituosos, sin horror ni sed.
Anda, tómatelo con calma, que 30 días no alumbran elefantes rosa, 
no te contagiarán de virtudes morales,
ni te volverán arrepentido, iluminado ni abstemio.
Acompáñese todo este sacrificio venial, de abundante agua pura, frutas jugosas de media tarde y mates amargos para acompañar los asados, las morcillas y los lomos vetados más jugosos,
que aquí no se predica el veganismo
que las manzanas tienen también corazón, 
aunque no mujan ni chillen cuando se les arranca de las ramas tristes de su progenitora muda.
Hágame caso y no salga a trotar como un tarado, ni vaya al gimnasio a dar jugos con las pesas,
a menos que sea para practicar el secreto voyeurismo deportivo, 
de mirar escotes sudorosos y nalgas de combate.
Mejor gaste sus latidos cardiacos, en hacer el amor una vez por día y de follar el doble de lo que hace el amor,
de preferencia practíquelo a puerta cerrada de habitaciones calurosas,
y no sea cómodo, 
lleve la acción siempre desde arriba, o atrévase a darle como un toro, contra la pared.
Evite fumar, para que el hocico no le apeste como el demonio,
y recupere la capacidad aeróbica que se dejó perdida en los baños del colegio durante la pubertad.
Salga de juerga con los amigotes más ebrios, 
y hécheselos al hombro cuando queden tirados en la barra de regreso a casa.
Si tras 30 días de seguir estos sabios y esbeltos consejos,
no ha logrado bajar al menos siete kilos y tres centimetros de tapabarriga,
no le devolveremos su dinero,
no sea vaca, 
Que somos poetas y no magos.