miércoles, 9 de noviembre de 2016

Paranoia Trump

Hoy día la moda es lamentarse y rasgar vestiduras. Los medios nos vendieron muy bien la imagen de que Estados Unidos quedaría en manos de un sociópata, un peligroso misógino ultraconservador que aborrece a los inmigrantes y llevará al mundo a una suerte de Holocausto 2.0.
Lo cierto es que Trump es bastante odioso, feo, vil y repulsivo. Es antiestético y vomitivamente directo en sus postulados indefendibles. Esos son los hechos. Además es multimillonario, su riqueza es la pobreza de millones, como ocurre con todos los millonarios. Su riqueza la forjó igual que sus amigotes millonarios, sin mayor esfuerzo, a costa de sangre ajena.
En el otro rincón, Hilaria, que no es ninguna indigente, tiene  varias décadas profitando en la élite política gringa, gracias a la asombrosa capacidad de resciliencia frente a las manchas de semen de su marido en el vestido de Monica Lewinski, posee uno de los registros en bombardeos a poblaciones civiles de lo más interesante. 
Pero Hillary, la mujer de un expresidente cachondo, la que perdona infidelidades por el bienestar nacional, no obstante caer en la trampa del juego sucio electoral de Trump, ataques personales, alicias machados y demases, fue la representante de esa irritante masa "progre" que habla en lenguaje "políticamente correcto" independiente de lo que realmente se lleve en las entrañas del pensamiento. El discurso pro género, pro igualdad, animalista vegano, civilizador, democrático, pacifista, feminista, altruista y etcétera, aburrió. 
No es sorprendente.
Existe un desgaste global de las libertades y la tolerancia gracias a los manejos de la clase política y a la hipócrita disonancia entre los valores políticamente correctos y el sistema 
Capitalista.
Ya ocurrió con el brexit y con el plebiscito por la paz en Colombia. Trump no sería la excepción. La necesidad de orden y el derecho a ser intolerante parecen concordar más con sistemas que se alejan de ideas colectivas.
Es la victoria del hombre medio cansado de los llamados a soportar, a tolerar, a incluir, a aceptar en un mundo absolutamente individualista, donde cada cual, para sobrevivir debe rascarse con sus propias uñas.
Es algo disonante desde hace rato, las corrientes libertarias e inclusivas requieren de un colectivo y no de un sistema basado en el individualismo. La propuesta de Trump cuaja porque se inserta sin hipocresías en un sistema egoísta, feroz e individualista que sólo necesita alimentarse del orden para otorgar una seguridad mínima.
Ya solo falta que las visiones de Houllebecq en Sumisión se hagan realidad en Francia.
Lo cierto es que el hombre medio está agotado, y siempre que el hombre medio se agota, recurre a un caudillo, en este caso Trump, que encarna la posibilidad de la mano firme contra sus males medios, sin importar ni especular sobre los costos que de ello deriva a niveles universales. No lo sabremos los chilenos, a propósito de Pinochet. Pero qué más se le puede pedir, mal que mal es el hombre medio.
Además de pagar impuestos, pagar por la salud, por la educación, pagar por todo para poder llegar al final del día a comerse una hamburguesa mirando la televisión, esos hombres medios sienten que además sus impuestos financian a millones de inmigrantes que les quitan el trabajo y les arrebatan el sueño americano. Entonces viene la mujercita de Clinton a ofrecerles qué...más de lo mismo, frente a un monstruo envanecido que les ofrece la posibilidad de golpear, de insultar, de comer carne de vaca cruda chorreante son molestarse por los animalistas, que les dice que expulsará a los putos mexicanos y que no mandará a sus hijos a invadir paises sin necesidad. 
Hilaria por su parte ofrece...mas de lo mismo.
Ahora imagino a ese votante de Trump celebrando, a ese Homero Simpson, ese Al Bundy supernumerario, sin orgullo sino que muerto de risa, en una barbacoa al lado de la casa de sus vecinos que votaron a Clinton, una joven pareja interracial de lesbianas veganas, que se bancan una derrota solo por votar por el mal menor.

http://apocalipsisdemisterp.blogspot.com/2016/11/paranoia-trump.html

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