Desde el fin del mundo, como un profeta amateur escupimos sobre política, rock, cómics, poesía y hasta recetas de cocina para el hambre de las putas, los borrachos, los locos y los huachos. Los que vais a entrar, perded toda esperanza.
viernes, 18 de agosto de 2017
AMA. Presentación de la Agrupación de Machos Asediados ante el Tribunal Constitucional de Chile por el aborto en 3 Causales.
viernes, 4 de agosto de 2017
Feminismo nivel Goic
Flaco favor a la causa feminista le hace que un personaje como Carolina Goic se trate de colgar de ese movimiento como si fuera un salvavidas, para involucrarse en la miseria humana que envuelve por completo el caso del diputado Ricardo "Mano de Piedra" Rincón. Y digo miseria, porque si el tipo es culpable de aquello que los tribunales lo exculparon, la democracia cristiana que ahora se santigua y demoniza al golpeador, nos lo mantuvo como diputado por varios periodos y además,en la comisión de Familia, en el más cómplice de los silencios. Miseria también, si es que los tribunales no se equivocaron al declarar su inocencia y no obstante ello, el tipo es atacado con dureza por un crimen que no cometió y por el que deberá pagar un doloroso escarnio público por el solo hecho de haber sido acusado alguna vez de tamañas felonías.
Nota al margen, debiera llamar a una profunda reflexión de parte del Poder Judicial, la circunstancia escandalosa de que en un estado de derecho, la voz de sus dictámenes, no otorguen credibilidad ni satisfacción en los justiciables, cuestión esencial a la hora de garantizar la paz y el orden social a través de esa institución conocida como "cosa juzgada". Tal vez haya que darle las gracias al "inocente" Martín Larraín por esta falta de confianza ciudadana en la Justicia.
Como yo lo veo, Carolina Goic ha desarrollada toda su campaña en base a la lástima. Debe ser la campaña más lastimosa desde Arturo Frei Bolivar. Carolina Goic se ha determinado el molesto, aunque muchas veces eficaz, rol de víctima inocente del machismo político en contra de su candidatura, cuando lo único cierto y objetivo, es que su candidatura presidencial siempre fue forzada y elitista, por más que hoy trate de engalanarse con los ropajes de un muy mal entendido feminismo. Si digo muy mal entendido, es porque la candidata parece confundir feminismo con victimismo.
El episodio de su conocida enfermedad, mas parece el capítulo de una pauteada hagiografía en streaming, que un verdadero testimonio o experiencia fundacional íntima.
Cierto, algunos dirán que Carolina Goic venció al Cáncer, es una luchadora valiente. Entonces, bajo ese argumento ¿Si hubiese muerto sería por eso una perdedora? Y luego ¿Manuel Bustos y Gladys Marín son menos luchadores por dejarse morir a manos de una enfermedad?
Una enfermedad es eso, una enfermedad, la contraes, te sanas o te mueres, no hay más alternativas y eso nada tiene que ver con la valentía o con la consecuencia política. Tal vez sea bueno tenerlo presente para excluir esas cuestiones del debate político. Se trata de una experiencia vital como tantas otras que a todos nos toca sortear en este Valle de Lágrimas.
Desde su papel de víctima crónica, la Señora Goic ha tratado de demostrar que su falta de adhesión popular se debe a una suerte de campaña anti mujer en el núcleo duro de la política, olvidando antojadizamente, que una mujer ya ha sido electa presidenta por dos periodos en Chile, y que actualmente la figura de la Centroizquierda que mayor valoración positiva e intención de voto posee es precisamente una mujer, Beatriz Sánchez.
Nunca se convenció la DC, de que su camino conjunto con Goic, representado por la ambición personal por llegar a primera vuelta sin primarias, causaría el daño que causó en la NM. Luego, en un acto de soberana estupidez, la élite dirigencial de los Gute y Cia, llegó a pensar que podían conformar una lista parlamentaria en común con el Conglomerado al que recién terminaban de apuñalar.
La debacle, la vuelta de mano y la noche de los cuchillos parecía que estaba por caer desde que la Nueva Mayoría confirmó que no habría pacto parlamentario con ellos.
Gracias a dios, alguien se acordó de que en el año 2002, un diputado de sus filas, había sido acusado de golpear a su pareja. El caso Rincón cayó como anillo al dedo para retomar la estrategia del victimismo. La no exclusión de Mano de Piedra Rincón de las candidaturas al Parlamento, hizo que Goic rasgara vestiduras y manifestara su dolor a nombre de todas las mujeres que alguna vez sufrieron por la violencia machista. Goic decía sentirse traicionada por ese club de machos violentos inconcientes y brutales. Y ahí estaba otra vez, como una víctima. Como una clásica doncella en peligro de los cuentos de hadas, tuvo que ser defendida con pasión por su marido y de inmediato llegó la caballería encarnada en la elocuencia de las advertencias de Genaro Arriagada, como un pater familis llamando a los diputados a enrielarse y volver a apoyar a la candidata del partido.
Un gran abrazo de contención sobre la pobre candidata. Por su parte, ella informa que se dará un "tiempo de reflexión". Suspenso. Pobre, una dama tan buena y reflexiva, pese a todo lo que le ha tocado sufrir en su vida.
Camille Paglia, una interesante feminista norteamericana, plantea las violaciones a mujeres como una "circunstancia política", algo que las mujeres deben aprender a encajar, a superar, a soslayar y así trascender al mero rol de "víctimas" con que la sociedad conservadora las determina. La escritora francesa Virginie Despentes, plantea algo muy similar a propósito de la prostitución femenina y el rol de "víctimas" que se trata de imponer a esas mujeres.
A lo que voy con esto, es que el rol de víctima, del que hace gala doña Carolina Goic, no comulga con una posición feminista real o militante. Botón de muestra es que no la vimos poner en suspenso su candidatura a propósito de la Ley de aborto ante las abstenciones y ausencias de sus parlamentarios. La posición anti aborto del partido que ella preside, tampoco se condice con un feminismo real. Para este grupo privilegiado de dirigentes, la mujer que aborta es criminal pero es también una víctima, pero nunca debiera ser calificada como una mujer que decide libremente sobre su propio cuerpo.
El rol de víctimas, no es más que una obligación forzada precisamente por la clase dirigente más conservadora para establecer los roles de hombres y mujeres en la sociedad.
Sin embargo, ese acto de victimización femenina, bien le valió a Goic, la aprobación patriarcal de su élite y le entregó las herramientas necesarias para volver con mayores bríos y pedir la cabeza de Rincón en una bandeja de plata muy cristiana, insuflando nuevos aires oportunistas a su candidatura.
En buenas cuentas, y sin que nadie reparara en ello, lo que la élite de la DC hizo con uno de los suyos, más que antropofagia, fue un acto alegórico, la representación de una violación pública y masiva al poco talentoso diputado Rincón. Un verdadero gangbang parlamentario donde todos terminarían eyaculando sobre las sentencias absolutorias con que Ricardo Rincón se cubría el rostro creyendo defenderse para seguir dormitando en los salones del Congreso.
Despentes plantea, acertadamente a mi juicio, que la violación es "un programa político preciso: esqueleto del capitalismo, es la representación cruda y directa del ejercicio del poder. Designa un dominante y organiza las leyes del juego para permitirle ejercer su poder sin restricción alguna. Robar, arrancar, engañar, imponer, que su voluntad se ejerza sin obstáculos y que goce de su brutalidad, sin que su contrincante pueda manifestar resistencia. Correrse de placer al anular al otro, al exterminar su palabra, su voluntad, su integridad".
Con esa violación masiva se pretendió poner en carrera una vez más a la alicaída y soberbia Democracia Cristiana, no para respaldar a Carolina Goic que ya es un hecho no va a levantar el vuelo, sino que para evitar el inminente colapso que les ha significado esa decisión absurda de plantear una candidatura sin la centroizquierda, con guiños morbosos a la derecha y una escasez sorprendente de todo peso político y consecuencia valórica. No nos debiera sorprender en todo caso, mal que mal, lo único cristiano que están haciendo en la democracia cristiana desde hace rato, es arrojar a su gente a los leones.
jueves, 3 de agosto de 2017
miércoles, 22 de marzo de 2017
Charly Nepali. 3 Pokhara, refugio y paz.

De 1991 a 2008, llegaron al año un promedio de 2.200 tibetanos, según el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados. Solo 171 lo hicieron en 2013, y muchos menos de ahí en más.
Una de las razones es que la creciente economía china ha persuadido a muchos tibetanos a que se quedaran en casa. Incluso algunos de ellos se están volviendo al Tíbet después de años de exilio. Pero la disminución del número de inmigrantes tibetanos en Nepal también sugiere fuertemente que el que fuera alguna vez el acogedor gobierno de Nepal ha sido presionado por China para cerrar la puerta a través de controles más estrictos en sus fronteras.
Finalmente llegamos a la Shanti Stupa o pagoda de la paz (World Peace Pagoda). Zapatos fuera, vistas, aire puro y fotografías de rigor. Siendo franco, nada muy espiritual, excepto las vistas a la montaña y al lago Fewa. Los visitantes, aunque son pocos, destacan irrespetuosos y contribuyen a disminuir el encanto de estar en un lugar sagrado, algunos de ellos ruidosos chinos y jóvenes locales que se ríen quien sabe de qué.
El templo está construido sobre el monte Ananda a unos 1100 metros de altura y contiene algunas reliquias de Buda. Es una de las 12 Stupas que contienen alguna reliquia de Budha. La otra que está en territorio nepalés es la de Lumbini, el resto están todas en India.
Posteriormente descendemos por un cerro escarpado de suelo humedecido y es cuando me caigo de culo varias veces gracias al auspicio de mis zapatillas de trekking que no fueron tales. Gracias Under Armour.
Una vez en el lago Fewa nos montamos en una canoa con tracción humana. Es un paseo tranquilo hasta la otra orilla para almorzar y beber una cerveza. Más tarde recorremos una pequeña represa que está en plena ciudad y que Bipin me exhibe con orgullo. Paseamos por el sector comercial no turístico de Pokhara que se revela muy distinto y mucho más barato que el sector turístico junto al lago cercano a mi hotel.
Por la noche salimos en una motocicleta tipo vespa como las que sobreabundan en la ciudad, a recorrer el camino junto al lago y cenamos en una galería especializada en recibir turistas y nos agasajamos observando unos bailes tradicionales en un restaurante que me imagino cumple una función simil de las parrillas con show de tango con que se engatusan a los turistas en mi Buenos Aires querido.
lunes, 13 de marzo de 2017
El lenguaje de los delfines
jueves, 12 de enero de 2017
Rock or Bust
¿Rock or Bust?
En Huasco, un pequeño poblado costero del norte de Chile se realiza desde hace años un comprometido encuentro de Rock que dura aproximadamente unas doce horas. Digo comprometido porque las bandas asistentes cobran menos de lo usual, la entrada es gratuita, el escenario está junto al mar, el discurso es la protección del medio ambiente, y el verbo es el Rock.
Los A77aque compartieron escenario junto a Los Machuca, apoyando al Municipio y a los ciudadanos en el juicio que llevaban contra Endesa a fin de evitar la construcción de la Central Termoeléctrica más grande de Sudamérica. Y lo consiguieron. No diré que fue gracias al Rock, no, pero su mística ayudó.
Por el anfiteatro del mar pasaron más tarde Los Miserables, Los Chancho en Piedra, Sinergia, Los Peores de Chile y otros próceres del rock nuestro de cada día, que con humildad y oficio, fueron capaces de ir compartiendo escenario con los chicos de bandas locales de Huasco. El sueño del pibe. Papelucho puede ser Rockero. Y los chicos le llamaron a su festival: "La Cumbre del Rock".
Eso hasta que desde Santiago alguien cogió el teléfono y dijo que no podían llamarle así a su festival, pues el era dueño del nombre "Cumbre del Rock". Hasta ahí llegó el nombre. Nadie se iba a pelear por algo tan bobo, algo tan de la guerra fría como el término "Cumbre" para designar a un grupo de chicos que se juntan a hacer aullar sus guitarras. Al menos eso era en Huasco, juntarse a rockear. Lo de Santiago era otra cosa, un show pagado con los artistas de moda y algunos clásicos acostumbrados a no sacar nada nuevo como Joe Vasconcellos. Hace rock Joe? Y esa comenzó a ser precisamente la pregunta en el último festival capitalino, en la última "Cumbre del Rock", donde se pasearon músicos como Javiera Mena, Monserrat Bustamante con tatuajes, y un encabritado Alex Andwanter que manifestó sentirse incómodo en ese club de machos: "Yo no me identifico mucho con el rock, porque el rock ha sido tradicionalmente un club de hombres, y si necesitamos algo para este 2017 no es un club de hombres, sino que más igualdad, más respeto por las mujeres y para la comunidad gay", olvidándose del peso histórico de bandas como Queen, The Hole, olvidándose del paso por Chile de Sinead O'Connor en el Amnistía Internacional lanzando un escupitajo muy rockero al costado derecho del escenario; olvidándose, como bien nos recuerda Greil Marcus en su "Historia del Rock en 10 canciones" que las canciones del mismísimo Little Richard estaban llenas de gays, travestis, adúlteros y prostitutas, por no hablar de las prostitutas travestis gays adúlteras; o que la banda Joy Division se puso ese nombre por los burdeles de prisioneras de los campos de concentración nazis, en honor a los oprimidos, no a los opresores.
Cuántos de esos chicos huasquinos que hacen estallar sus guitarras bajo las chimeneas industriales habrían matado por estar sufriendo el boicot técnico en el club de machos denunciado por Andwandter. Ni siquiera hace rock, dirían los más ultrones.
Es el problema de estos festivales de rocketeck , porque en eso se han transformado, en un escenario generador de tickets y monedas para productoras, sin una idea, sin un estallido, sin una razón, o más bien con una razón, una nada más lejana que la del rock que suda el espíritu adolescente, esa que inspira y es portadora de sueños.
Solo es una gran venta, esa Cumbre del Rock sin espíritu, no es más que un gran supermercado con un show de variedades al que solo le faltó Palmenia Pizarro y ya habríamos estado frente al Festival de la Una con un Gian Phillipe Creton haciendo de Enrique Maluenda (desde cuando hay animadores en los festivales de Rock?); donde Cecilia habría sido más pertinente que Javiera Mena. Un verdadero Carnival tan kitsh como le pareció el festival de Viña a Charly García cuando subió al escenario en silla de ruedas y dijo: "aprende Chile, esto es Rock".
Y qué es Rock? Marcus cita a Neil Young: "El rock and roll es despreocupado e imprudente. El rock and roll es la causa del country. El country y el blues llegaron antes, pero de alguna manera el lugar del rock and roll en el transcurso de los acontecimientos ha quedado disperso". Y claro, el rock es una tierra de libertad, sin espacio ni tiempo, que admite todo con su inefable poder de transformación, pero cuando estamos frente a una maquina simplona de compromisos monetarios, el velo se descorre porque se ha matado la esencia, como cuando alguien en su ignorancia lo tilda de machista (al Rock!), como cuando no importa meter cualquier cosa en la licuadora con tal de rellenar la grilla, con el fin de vender y cumplir con los compromisos económicos.
Hablábamos con Alfredo Lewin sobre la incorporación momentánea de Axl Rose a Ac/Dc, cuando analizábamos el capítulo de los dinosaurios en "Cocinando con Caníbales"
¿Qué clase de engendro era ese? Pero claro, the show must go on, sobre todo si las entradas ya fueron vendidas. ¿Rock or bust? Fue el tema con que terminamos la entrevista.
Rock or Bust, ¿cual es la verdadera "cumbre" del Rock? La de la Capital con su grilla, cumpliendo compromisos económicos, sus asientos estratificados socialmente y ofertando homenajes variopintos sin tema ni lema, o es la fiesta de los chicos en Huasco que pelean contra las chimeneas industriales montados en sus guitarras como el quijote frente al Molino, esa que se hace gratis frente al mar, compartiendo escenario junto a sus héroes, con los ojos llenos de imprudencia, llenos de rebeldía y llenos de Rock.