lunes, 27 de julio de 2015

Batman y la adopción Homoparental

Era un niño feliz. Tenía todo lo que se puede pedir. Un par de padres heterosexuales, cariñosos, preocupados y encima millonarios, y entonces Bang!! a la salida del cine tras una función de "La Máscara del Zorro", un "pistolero", un criminal, le arrebató la vida de sus padres en un segundo. 
Es la historia de Bruce Wayne, el multimillonario huérfano de las historietas, que sediento de venganza, se dedicará en la vida adulta a combatir el crimen vestido como el hombre murciélago: Batman, mi personaje favorito de las historietas.
La editorial del personaje determinó que el 23 de julio es el "Batman´s Day", la semana pasada ya se cumplieron dos años de celebraciones y entonces me vinieron a la cabeza algunas reflexiones necesarias sobre este ícono pop, cuyas historietas fueran mis primeras lecturas de la infancia.
Como es sabido, el personaje fue creado en el año 1939 en la revista Detective Comics número 27, por Bob Kane y los aportes argumentales de Bill Finger, este último injustamente eclipsado por la sombra del primero.



Se trataba de un personaje que vino a continuar el exito que significó la historieta de Superman, el mega superhéroe, y Batman se transformó en una contrapartida absoluta del primero con el que compartirán pantalla en pocos meses más en la esperada Dawn of Justice.
Con los años, el detective obscuro irá acumulando personajes y una mitología bastante interesante: Alfred su fiel mayordomo, el Comisario Gordon, el payaso príncipe del Crimen conocido como el Guasón, y una serie de archienemigos tan lunáticos como el propio Batman, quien dejó de lado su obscura soledad para ser acompañado por su "fiel compañero" Robin, el joven maravilla, conformando el dúo dinámico. 
Varios "Robin" acompañaron al cruzado enmascarado. Todos huérfanos como el propio Bruce Wayne, marcados por la tragedia y aliados con el para combatir el crimen.
Dick Grayson, el huérfano artista volador del circo, quien perdió a sus padres en pleno escenario tras una vendetta de la mafia es el Robin original, el mejor sin dudas, el Niño Maravilla que más ha perseverado en el tiempo y nuestra memoria. Creado conceptualmente por Jerry Robinson, quien se inspiró en Robin Hood para crearlo, y publicado en Detective Comics #38 (1940), fue el mejor aprendiz y side kick de Batman durante la era plateada de los cómics. La tragedia en común lleva a  Batman a "adoptarlo" bajo su tutela, siendo entrenado para combatir el crimen.
El capitalismo nos enseña, hasta en las historietas, que si eres lo suficientemente rico, y quedas huérfano, tienes la posibilidad de convertirte en Batman, si eres pobre, sólo te espera el orfanato, y en el mejor de los casos, la fortuna de ser adoptado como pupilo por Bruce Wayne.


Esa adopción del soltero millonario, generó una relación entre los personajes, que para el público general no lector de cómics, ha sido tachada de "gay" y como tal, objeto de bullying y mofa, al punto que la trilogía más obscura de películas de Batman en el cine, eludió la relación de manera olímpica.
El tema es que, siendo francos, y pese al cariño que tengo por el personaje, no puedo negar que fácilmente Quentin Tarantino podría describir una teoría al respecto: el pequeño Brucy huérfano, criado por un extraño mayordomo al que nunca se le ha conocido mujer, cuando crece, junto con aporrear criminales por las noches, adopta niños huérfanos, y se los lleva a vivir a su mansión (lo que nos recuerda de manera escalofriante al Neverland de Michael Jackson), algunos de los cuales incluso mueren en condiciones extrañas. Podríamos decir que se nos está presentando un patrón clásico de abuso infantil: un huérfano que es abusado por su mayordomo que luego al crecer adopta sus propias víctimas, en un ambiente sospechosamente homosexual.


El tema era tan espeso que los productores de la sosa serial de Batman de los años 60 con el Batman gordo protagonizado por Adam West y los pantaloncillos ajustados de Burt Ward, decidieron introducir un personaje femenino (una tía de Bruce), al interior de la mansión para distender la tensión evidente y evitar suspicacias entre sus telespectadores.
Años antes, y que fue precisamente un elemento que influyó fuertemente en los cambios en los comics a través de una fuerte auto censura, y significó aumentar el tono infantiloide  del batman sicodélico de la serial del sesenta, fue la publicación del libro "The Seduction of the innocent (en español: La seducción de los inocentes), un ensayo escrito por el psiquiatra Fredric Wertham, publicado en 1954. 
En su tesis principal se describe a los cómics como una forma inferior de literatura popular que corrompe a la infancia y una de las principales causas de la delincuencia juvenil. El libro fue un pequeño éxito editorial en Estados Unidos que alarmó a muchos padres y los animó a lanzar campañas pidiendo la censura de los cómics. Su publicación coincidió con una investigación del Congreso de Estados Unidos sobre la delincuencia juvenil en la que se involucró a la industria del cómic, que induciría posteriormente a los principales editores de cómics estadounidense a instituir la Comics Code Authority (Autoridad del código de cómics) para autocensurarse.

Según Wertham los cómics estaban llenos de insinuaciones que incitaban a los niños sexualmente. Por ejemplo una de sus teorías fue que se ocultaban siluetas de mujeres desnudas entre los dibujos de los árboles, y desarrolló otra teoría afirmando que Batman y Robin eran amantes homosexuales. Wertham afirmó que «las historias de Batman son psicológicamente homosexuales.» Y además que: «las historias del tipo de Batman podían incitar a los niños hacia las fantasías homosexuales, de una forma de la que serían inconscientes» y «Sólo alguien que ignore los fundamentos de la psiquiatría y la psicopatología del sexo puede no darse cuenta de la sutil atmósfera de homoerotismo que domina las aventuras del maduro 'Batman' y su joven amigo Robin.» Además Wertham afirmó que la fuerza e independencia de Wonder Woman eran indicios de que era una lesbiana, aunque su representación tradicional era la de mujer heterosexual y virgen.
Dicen que el morbo está en quien observa, antes que en el inconsciente y vaya que podría aplicarse a Wertham.

Según esto, todos los fans de Batman seriamos inconcientemente gays, pues fuimos incitados por una fantasía homosexual. Y esto último me recordó algunos fundamentos que existen para oponerse a la adopción de niños por parejas del mismo sexo, pues según dicen "los especialistas", una conducta de imitación llevaría a esos niños a tener (horror) conductas homosexuales.
Uno siempre opina desde su experiencia y su sistema de creencias, por ello es que no puedo dejar de dar cuenta que siendo un niño que aun no sabía leer, llegó a mi barrio un tipo joven que según decían las malas lenguas, era homosexual. Universitario hermano de una vecina, venía por las tardes y se sentaba conmigo en el jardín y me reforzaba la lectura en aquellas horas en que mis padres trabajaban ya que la niñera no tenía la aptitud ni las ganas de fomentarme la lectura. 
Fíjense ustedes, que el gay no me violó, ni intentó hacer ninguna cosa extraña más que ayudarme a aprender a leer en el jardín de la puerta de mi casa. Lo más sorprendente de todo, es que tampoco me convertí en gay, y lo mejor, pude comenzar a leer mis historietas por mi mismo.
Hago estas referencias, porque soy de una generación que maltrató bastante a las personas que no eran heterosexuales. Constantes golpizas a chicos afeminados y marginación irracional, despertaron en mi una sensación de injusticia. Es más, uno de mis mejores amigos de la infancia sufría constantemente los malos tratos por su "falta de hombría" y tuve que defenderlo varias veces. No ayudaba mucho a su integración que fuera fanático de la mujer maravilla a quien dibujaba voluptuosamente bien, y si algo me habían enseñado los superhéroes, era defender a los más débiles así que nunca lo marginé, y hasta debo decir con cierta vergüenza, que en una ocasión organicé una pelea arreglada para que la ganara delante de todos los chicos del curso y dejaran de fastidiarlo de una buena vez. No fue un acto de altruismo, después de que los machos del curso lo cargáramos en andas hasta su casa, me regaló su colección completa de los X-Men.
Por lo tanto, confieso que hablo también desde el afecto sincero hacia personas que injustamente han sufrido una discriminación en un sinsentido violento y brutal de incomprensión de realidades vitales diferentes.
Como les he contado, durante algunos años ejercí la abogacía en un servicio de atención de personas de escasos recursos, de esos consultorios a los que llegan los que ya perdieron todo. Trabajé como defensor de menores por varios años, y pude constatar el más triste abandono al que son sometidos los chicos por su propia familia y más tarde por un Estado que cae sobre ellos con todo el peso de la institucionalidad. Lo voy a decir con todas sus letras, el Sename (Servicio Nacional de Menores), es el infierno en la tierra.
He visto a padres golpeadores, alcohólicos, abusadores y a madres despreciables que utilizan a sus hijos sólo para obtener pensiones de alimentos. He visto arrojados a las fauces del Sename a niños cuyos padres jóvenes incurrieron en negligencias accidentales y reeducables pero que los "profesionales del área" consideraron inhabilitantes. He visto a niños abandonados por sus familias en hospitales, criados en orfanatos donde terminan siendo violados, sino por auxiliares, por otros chicos abandonados ahí mismo y que eran un poco mayores: víctimas y victimarios. La miseria sólo engendra miseria. He visto a mujeres adictas al crack o pasta base, a quienes las instituciones, antes que rehabilitarlas, se han preocupado de quitarles los críos y declararlos susceptibles de adopción, haciéndolos perder todo contacto materno filial, aun cuando ellas se encuentren mas tarde, voluntariamente en terapias de rehabilitación y sin que nadie haya adoptado a sus hijos, que el transcurso del tiempo convertirá en niños institucionalizados, y seamos realistas, muy probablemente en futuros delincuentes.

Si eres huérfano y eres multimillonario, claro, te puedes convertir en Batman, si eres pobre, en cambio, te espera el orfanato estatal, el abandono, el abuso y la marginalidad. Si no eres Batman, te conviertes en un triste Guasón de favela, población o villa.

Entonces si esta es una realidad, si el sistema de orfanatos y adopciones opera tan mal, por qué se insiste en excluir, por omisión legal, de la posibilidad de adoptar a las parejas del mismo sexo, si es un derecho humano fundamental tanto de esas familias homoparentales, como de los niños a tener una familia que vele por ellos y los proteja. Es qué acaso es porque eso "no sería normal"? Y me pregunto entonces ¿quien reparte las normalidades? Alguien conoce familias normales realmente? No en vano Douglas Coupland desde el título de su novela, en que la madre plantea que la gente suele ser más indulgente con las familias de los demás que con la propia, nos recuerda que "Todas las familias son psicóticas".
Una de las consecuencias negativas de la adopción Homoparental de las que se habla, "radica en la estigmatización de la cual puede ser objeto un menor adoptado por ese tipo de parejas. Por ejemplo, el niño que crece dentro de una familia homoparental vería su realidad distorsionada al observar sus entornos primarios, el social y escolar, ya que el 90% de sus compañeros proviene de familias heterosexuales. Los cuestionamientos dirigidos al menor no se harían esperar y, por tanto, es muy probable que sea objeto de escarnios, burlas, rechazos o insultos, creando así un enorme impacto a su “normalidad”
Por otro lado, la principal idea o postura en contra de la adopción homoparental vista desde la ciencia de la psicología consiste en la imitación que podrían efectuar los adoptados al realizar las mismas conductas de sus padres o madres, dando por hecho que estos menores optarán por tener la misma tendencia homosexual." (Navarro Luis, Positions in favor of and against same-sex couple adoption from a sociology and psychology perspective). Como si ello fuese algo horroroso, lo que resulta bastante cuestionable, pues si la sexualidad se definiera por imitación, desde Adán y Eva en adelante jamás existiría la homosexualidad.
La Asociación Canadiense de Psicología, en 2003, emitió su postura sobre el tema en cuestión, y concluyó que los hijos nacidos en familias heterosexuales no presentan diferencias con los hijos de familias homosexuales en cuanto a su desarrollo psicosocial y su identidad de género.
No obstante la hipótesis antes señalada, The Child Welfare League of America, que suena bastante parecido a la Liga de la Justicia de América, afirma, con base en los estudios realizados, que los niños nacidos con uno o dos padres homosexuales tienen un funcionamiento emocional, cognitivo, social y sexual igual que los niños cuyos padres son heterosexuales. La evidencia muestra que el desarrollo óptimo de los niños está más influenciado por la naturaleza de las relaciones e interacciones dentro de la unidad familiar que por su forma estructural particular.
El heterosexismo prevalente, prejuicio sexual, la homofobia y la estigmatización que dan lugar a la burla, la intimidación y la vergüenza de los niños acerca de la orientación sexual de sus padres restringe su capacidad para formar amistades. Sin embargo, los niños parecen responder adecuadamente a los desafíos de comprender y describir a sus familias con sus compañeros y maestros. La CWLA, conocida por sus siglas en inglés, concluye que los problemas asociados con tales formaciones familiares no emanan del interior de la unidad familiar, sino de fuerzas perjudiciales en el exterior. Los hijos de padres gays, lesbianas y bisexuales se desarrollan de mejor manera cuando la sociedad elimina las actitudes nocivas y perjudiciales dirigidas a ellos y sus familias.

Aunado a lo anterior, la American Psychological Association en su estudio elaborado establece los siguientes puntos:
1. La homosexualidad no es un trastorno psicológico, aunque la exposición a los prejuicios y la discriminación basada en la orientación sexual puede causar angustia aguda, pero no existe evidencia confiable de que la orientación sexual por si afecta el funcionamiento psicológico.
2. La creencia de que los menores, dentro de esta familia, imitan a los padres no tiene fundamento empírico. No se han encontrado mujeres lesbianas y heterosexuales que difieran notablemente en sus enfoques de crianza. (Mismo artículo de Luis Navarro antes citado y publicado por el Centro de investigaciones Jurídicas de la UNAM).

En Chile, si revisamos la Legislación no existe traba para la adopción Homoparental, en el texto, sin embargo existen en el proceso dos elementos perjudiciales para que ello se haga realidad y que vulneran además a los niños inmersos en los procedimientos de adopción.
Los requisitos generales para poder adoptar son estos:

Pueden adoptar en primer lugar los matrimonios chilenos o extranjeros con residencia permanente en Chile.
A falta de ellos, los cónyuges chilenos o extranjeros no residentes en Chile.
A falta de matrimonios residentes en Chile o en el extranjero, pueden postular las personas solteras, divorciadas o viudas, chilenas o extranjeras, con residencia permanente en el país. Si hubiere varios interesados solteros o viudos que reúnan similares condiciones, el tribunal preferirá a quien sea pariente consanguíneo del menor de edad, y en su defecto, a quien tenga su cuidado personal. 

a) En el caso de los cónyuges, deben tener dos o más años de matrimonio civil, salvo que uno o ambos cónyuges sean infértiles, caso en el cual no se exige una duración mínima del matrimonio. El matrimonio en Chile es sólo para heterosexuales y ahí entonces se descarta esta opción.

b) Los interesados deben ser mayores de 25 años de edad y menores de 60, a menos que uno de los adoptantes sea ascendiente consanguíneo del adoptado, caso en que no se exigen dichos límites de edad.

c) Tener una diferencia mínima de 20 años de edad con el adoptado, requisito al que se aplica la misma excepción anterior.

d) Haber sido evaluados como idóneos desde el punto de vista físico, mental, psicológico y moral, por el Servicio Nacional de Menores (Sename) o algún organismo acreditado ante él para desarrollar programas de adopción.

Esta evaluación de idoneidad es sin duda la que abre el campo de la arbitrariedad para las parejas homoparentales, al punto que resultaría más fácil adoptar por ellos declarándose como solteros heterosexuales y ahí entonces observamos con total nitidez la irracional discriminación que permite soportar una mentira antes que una realidad legítima.

Otro problema de la ley es qué niños se pueden adoptar:

Los niños y niñas menores de 18 años:

a) Cuyos padres no puedan hacerse cargo de su cuidado y expresen el deseo de entregarlo en adopción ante un juez competente.
b) Que sean descendiente consanguíneo de uno de los adoptantes.
c) Que hayan sido declarados susceptibles de ser adoptados por resolución de un juez debido a alguna de las siguientes causas:

Que los padres se encuentren inhabilitados física o moralmente para ejercer su cuidado.
Que los padres no le proporcionen atención personal o económica durante 2 meses. Este plazo se reduce a 30 días, si el niño(a) es menor de 1 año. No es causa suficiente la falta de recursos económicos.
Que lo entreguen a una institución pública o privada de protección de niños o a un tercero, con ánimo manifiesto de liberarse de sus obligaciones legales, lo que ocurrirá cuando la mantención del niño a cargo de la institución no obedezca a una causa justificada o no lo visiten por lo menos una vez durante los plazos señalados anteriormente. 

Aquí el problema más horroroso es la existencia del nefasto trámite de "declaración de susceptibilidad de adopción" pues transforma verdaderamente a los niños en objetos, en frutas en exposición, vedando todo contacto con su familia de origen y los deja sometidos a la espera del acaso "alguien" se interesa en adoptarlos, cuestión que puede no ocurrir jamás.
El sistema lo que hace es tomar a un niño, declararlo "adoptable" y ponerlo en una vitrina hasta que se marchite a los 18 años, y durante todo ese lapso, si su familia de origen llegara a rehabilitarse de sus taras y dificultades, a nadie le importa.
Conocí casos de ex drogadictas que se rehabilitaron cuando ya sus hijos habían sido declarados susceptibles de adopción. No pudieron volver a verlos jamás y no supieron si al menos alguien los había adoptado o seguían en un orfanato  abandonados.

La adopción Homoparental como derecho humano y su recepción en los ordenamientos jurídicos internos:

En el caso de México, la reforma constitucional en materia de derechos humanos de 2011, trajo  novedades, las cuales pueden cambiar la forma de concebir, interpretar y aplicar sus leyes, por parte de cualquier autoridad jurisdiccional y administrativa, por mencionar algunas.
El artículo 1 de esa reforma constitucional, en lugar de “otorgar” los derechos, ahora simplemente los “reconoce”. A partir de esta reforma se reconoce que toda persona “goza” de los derechos y de los mecanismos de garantía establecidos tanto por la Constitución como por los tratados internacionales. La Constitución se abre de forma clara y contundente al derecho internacional de los derechos humanos y con ello a los derechos de igualdad y abraza también el derecho de los niños.
El interés superior del menor consagrado en los Tratados Internacionales de DDHH es un principio que los Estados deben cumplir, estos derechos en la adopción se encuentran en mayor posición frente al interés del adoptante o adoptantes, lo cual no se ve mermado por el sólo hecho de la orientación sexual de las personas para considerarlo como nocivo para el desarrollo de un menor, y que no se le permita adoptar. Todo argumento contradictorio sería ir en contraposición de lo estipulado por el artículo primero constitucional, que prohíbe la discriminación por diversas razones, entre las cuales se encuentra la preferencia sexual y la interpretación que la Suprema Corte de Justicia de la Nación en México, ha desarrollado respecto del tipo de familia protegido por el artículo 4o. constitucional y los derechos de los menores. El Estado debe legislar de modo que permita delimitar el universo de posibles adoptantes y puedan ofrecer las condiciones mínimas para su sano desarrollo, otorgándole las herramientas necearías al juzgador para que valore y decida lo que mejor represente para el menor, pues sostener que las familias homoparentales no satisfacen este esquema implicaría utilizar un razonamiento constitucionalmente inverso a los intereses de los menores que, en razón del derecho a una familia, deben protegerse. (Cita del artículo de Navarro, anterior).
Chile tiene una norma constitucional similar de recepción y constitucionalización de los tratados internacionales de derechos humanos desde hace más de 20 años, sin embargo la Jurisprudencia ha sido incapaz de aunar esos principios para hacer efectivo el interés superior del niño frente a la regulación legal establecida para las adopciones.
El tema parece aún más patente desde que con la entrada en vigencia del Pacto de Unión Civil, aplicable especialmente a personas del mismo sexo, reconoce una realidad que queda completamente soslayada en la Ley de adopciones.

Independientemente de los estudios sociológicos o sicológicos en favor y en contra de la adopción Homoparental, existe una realidad innegable: los chicos están en abandono, el Estado no hace nada por rehabilitar a sus familias y además coarta la posibilidad de ingreso de nuevas familias adoptantes aptas en el proceso que permitiría sacar a los niños de los tristes y deficientes "Centros de Acogida".
Fíjense ustedes, que en esta realidad no llegará el multimillonario Bruce Wayne a adoptar a Robin en el orfanato, pero lo que si es seguro, hay un montón de padres potenciales aptos y cariñosos, esperando por ellos, cuando el Estado asuma su fracaso y abrace el amor.

jueves, 16 de julio de 2015

Demonio Pop

Este es un país serio, me dijo el hombre sorbiendo un escocés y fumando un habano, rebosante de sabiduría y continuó: este no es país para populismos. Lo escuchamos más de lo prudente: "Cuidado que por este camino dejamos las condiciones para que un populista llegue al poder. El país no tiene la estructura para impulsar todas las reformas, una Nueva Constitución, sí podría ser necesaria, pero a través de los mecanismos institucionales, eso sí, porque aquí las instituciones funcionan. No somos una República Bananera".
Bajar la dieta parlamentaria... populismo; acabar con las AFPS ... Más populismo;  aumentar el sueldo mínimo más aún? Comunista y populista. Asamblea Constituyente como en Bolivia? Populismo en su más grande extensión. Educación Gratuita para todos? Pelotudez y populismo. Aumentar los impuestos? Populismo e inoperancia. Reconocimiento a los indios flojos? Populismo de lo políticamente correcto. Matrimonio gay? Populismo asqueroso. Legalizar la marihuana? Vicios privados virtudes públicas pues mijito: po-pu-lis-mo.
Es algo realmente loco, pero siempre que se propone alguna idea acerca de cosas que la gente, todos nosotros, el pueblo llano, estima como necesarias, razonables,  contingentes, resulta que nos enteramos que la élite lo considera como algo populista.
La Presidenta Bachelet, en medio del desplome de su credibilidad, se aferró al fútbol como tabla salvavidas y nada más esbozar que financiaría mejoras al centro deportivo de la selección de futbol, fíjense que inmediatamente, el pueblo llano, o sea nosotros, reprobamos su iniciativa, porque la consideramos francamente...populista. Populista e impopular.
Creo que no ha existido un gobierno en Chile, cuyas tasas de impopularidad sean tan altas y que sin embargo, al mismo tiempo, su agenda sea catalogada por el empresariado y la oposición como tremendamente "populista".
Es algo extrañísimo, es decir, ¿es posible que al mismo tiempo un gobierno sea populista e impopular? 
Pues claro que sí, o no recuerdan a la chica del colegio, que pese a todos sus esfuerzos por ser popular, terminaba siempre derrotada y en ridículo, dando gala de esa moraleja tan típica de las películas gringas con que ha crecido nuestra cultura del bullying escolar. 
El problema es que Michelle Bachelet, tras el guatazo gigante que significó "enterarnos por la prensa" de los negociados de su familia, reñidos sino con la ley y la ética, al menos con las conviccciones de la igualdad social, haya buscado infructuosamente retomar sus abrumadores niveles de popularidad con fórmulas que no le dan resultado, precisamente porque "la popular", tiene una expectativa de cambio, de reformas, y de reformas potentes, tan potentes que se han ganado el mote de "populistas", y es por ello que los sospechosos de siempre, han terminado por bombardear La Moneda, esta vez no con aviones, sino que con tomates podridos, mala prensa, opinólogos de Universidades Privadas, vendettas y soplos sobre el real financiamiento del ala "progresista" de nuestra política, acribillando a Ministros elegantes y engominados, que finalmente, el único Ministerio que verán en lo sucesivo, será el Ministerio Público.
Hugo César Chavez, ha sido en latinoamérica, el populista por antonomasia, y eso es porque actuó siempre sin miedo al ridículo ni al fracaso, precisamente lo que le falta al gobierno de Bachelet. Las pelotas de Chávez, es decir, un buen par de tetas a todo escote, en el caso de la Mandataria. Asumir sin miedo sus caminos, pero no este camino del hacer a medias, del "realismo sin renuncia". No basta con llorar en Sábados Gigantes, sonreir con Arturo Vidal, ni entregar más bonos y subvenciones. Bachelet debe asumir con honor el compromiso que pactó con su electorado, sin miedo al mote del "populismo", sin temor al bullying político que desde la misma Nueva Mayoría se practica (porque seamos francos, la derecha no existe más que en los Juzgados de garantía) y que la mantienen al borde de la hemiplejia por temor a que lo peor no haya pasado aún, y que sigan descubriéndose tantos muertos en el clóset como cadáveres en la conciencia de Pinochet, que terminen por reinstalar a un expectante Ricardo Lagos, como el Salvador de Chile en un Gobierno de Unidad Nacional e Impunidad Judicial, porque esa es la apuesta de la élite que se huele  el cielo azulado, donde quieren frenar los impulsos reformadores de la ciudadanía. Quieren instalar a un controlador social, a fin de evitar que La Moneda continue con sus reformas populistas y para frenar también un escenario muy adverso en las próximas elecciones, producto del desencanto con la NM y sus promesas de borracho en año nuevo, que permita surja el temido caudillo populista que ponga todo de cabeza, se acabe el shampoo y se coman las guaguas en las mismas cacerolas que hoy golpean contra los pastabaseros.
En mi opinión intrascendente, creo que nada sería mejor para el país, que eso último. Que por fin llegase un populista, un loco demente y comprometido, capaz de dar su vida por cumplir las exigencias de la popular, en esta nación latinoamericana saqueada por un grupusculo de elegantes patos malos.
Concuerdo con Marcos Roitman, en cuanto a que "los caudillos nunca han gozado de buena prensa, sobre todo cuando su definición se homologa a dictadores sin escrúpulos. Si echamos un vistazo al siglo XIX latinoamericano, el apelativo se adjudicó a figuras como Juan Manuel de Rosas en Argentina y Facundo Quiroga, tan bien descritos por Domingo Sarmiento en Facundo, civilización o barbarie. En Paraguay, el mote recayó en José Gaspar Rodríguez, de Francia, inmortalizado por Augusto Roa Bastos en su novela Yo, el supremo. Ningún país se libra de tenerlos. En Bolivia, los focos se centran en Manuel Mariano Melgarejo, asesinado en el exilio en 1871. Su personalidad ha sido objeto de múltiples chascarrillos. Alcides Arguedas lo retrata en su obra Los caudillos bárbaros. La lista es larga. Entre tantos, un caso singular, Chile, donde el caudillo nunca ocupó la presidencia. Ahí se habla del hombre fuerte que aglutinó a las fuerzas vivas del país para construir el Estado, Diego Portales. Resulta significativo que en 1973, tras el golpe de Estado, la junta militar, encabezada por Pinochet, adjetivara la sede de la dictadura como Edificio Diego Portales, antes llamado Gabriela Mistral".

Efectivamente, mucha mala prensa y mucha confusión también en los conceptos entre los especialistas, pues algunos vinculan populismo y caudillismo asociados derechamente a la tiranía que ha aquejado a nuestro barrio, no en vano, Pinochet en su discurso en Chacarillas se autodenominaba como "la voz del pueblo, la voz de los que no tienen voz".
Muchos especialistas, frente a cualquier proceso político popular, antiimperialista y anticapitalista, no pierden un segundo en designarlo como la peligrosa sombra del populismo, caricaturizándolos, aun cuando sus titulares hayan ganado su ascenso en las urnas, sin posibilidad de reconocer que se pueda estar ante un verdadero lider  que como precursor, tenga la capacidad de transformar el orden constituido. 
Se plantea desde el discurso de las ideas tradicionales, que la diferencia entre caudillos y líderes, radica en que los primeros son expresiones típicas del populismo. Los segundos responden más bien a esquemas democráticos, pese a  que se den rasgos de populismo. El diferencial respecto del caudillo lo señala el politólogo Luis Artemio Melo: «El liderazgo entendido como la relación de fines limitados no supone la enajenación total de la voluntad de los adeptos, o sea, que los valores asumidos por el líder se entienden como instrumentales y por consiguiente, condicionados, es decir limitados".
Ahora evidentemente, la validación democrática es precisamente aquella que despojaría del manto de dudas al "Líder", aun cuando su programa venga fermentado en ideas de esas  que la élite suele llamar "populistas".
La execración crónica de líderes que obedecen a un imperativo popular, como populistas, me recuerda bastante a lo que hizo la cristiandad con el demonio, porque lo que hizo la cristiandad fue precisamente eso, agarró a un dios de los paganos y lo transformó en el enemigo.
El doctor Alfonso Fernández Tresguerres, de la Universidad de Oviedo, en uno de sus libros publicados nos muestra una conexión que nos interesa entre el Diablo o Satán y Pan y Dionisos, que reafirma mi teoría de cómo las élites dominantes transforman, con denominaciones convenientes a sus intereses, conceptos populares en adhesión en negativos símbolos a reprimir:

“Ahora bien, Dios tal vez pudiese haber creado al Diablo de la nada, pero el hombre (que es quien realmente lo ha hecho), no. Y por eso la figura de Satán no surge de la nada, sino del resto de figuras demoníacas presentes en las formas anteriores de religiosidad. Esas figuras confluyen en el Diablo siguiendo dos líneas fundamentales: Ahriman, por un lado, y Dionisos y Pan, por el otro (con la importante asistencia y apoyo, desde luego, de otras entidades divinas y demoníacas).

”En realidad, casi podría afirmarse que el Diablo judeocristiano es prácticamente un calco del persa, porque el segundo ámbito al que aparece asociado Satán, esto, la fecundidad y el deseo sexual, son patrimonio también de Ahriman. Sin embargo, en este segundo aspecto, que consolida plenamente la figura del Diablo, más importante que la mitología persa parece haberlo sido la griega. Satán será enseguida asimilado a todas aquellas divinidades ctónicas o subterráneas que los cristianos seguramente percibían, sin más, como demonios (no olvidemos que, en el peculiar dualismo cristiano, el cuerpo y la materia son el reino del Diablo). Y entre esas divinidades resultan absolutamente claves las griegas: Hermes, desde luego, el dios del falo y mensajero de los dioses (recordémoslo), al igual que lo fue inicialmente Satán; pero sobre todo Dionisos y Pan. A imagen de Dionisos, el Diablo será una entidad cornuda, símbolo de la fecundidad (como lo han sido siempre los cuernos, ya desde el Paleolítico), más bien de la orgía, la lascivia y la vida instintiva. Por su parte, Pan transmite al Diablo el deseo y el impulso sexual sin límite alguno, así como su aspecto cabruno, pezuñas y cuernos incluidos”.

(Alfonso Fernández Tresguerres: Satán. La otra historia de Dios).

La cristiandad transformará en Occidente, a todo aquello relacionado con la sensualidad y los placeres (propio del Pan, Dionisio y el dios Baco), en algo pecaminoso, en algo demoniaco.

Para el grupo dominante, existirá siempre un temor a nuevos liderazgos, de ahí que frente a ello se deba plantear una estrategia de bloqueo, y así como se transforma a un dios de lo placentero en un demonio, a un Líder de las expectativas populares, se le transformará en un "caudillo populista", pues  no se puede permitir que aflore en los seguidores el encantamiento por lo que Weber llamaba como "cualidades mágicas y heroicas", de esas fuera del marco de lo corriente que hacen surgir potencias carismáticas, que desde la élite se dibujan terroríficamente como una "dominación carismática" capaces de provocar una nefasta reacción incondicional y afectiva de sus seguidores.

Es por ello que no es de extrañar que se plantee en los foros, que el caudillo populista aparezca como un líder paternalista, nacionalista, antiimperialista, donde las clases populares de un país estarán tanto más expuestas a apoyar a esos movimientos de orientación autoritaria (de izquierda o de derecha), cuanto más tardía haya sido su integración política y cuanto más traumático haya sido el tránsito de una sociedad preindustrial a la industrial.

En América Latina, otra perspectiva de análisis vincula el caudillismo a las montoneras, llaneros o cimarrones, identificándolo como un movimiento social cuasi espontáneo y popular, un bochinche, individualista, anárquico, invertebrado, que para perpetrarse, termina por enfrentar a la base de apoyo caudillista original. Nace como héroe y muere como un villano.

Pese a todo, a mi el concepto del "caudillo popular" no logra desencantarme, como ya he dicho, creo que todo forma parte del plan de deslegitimación del verdadero interés público, por parte de las élites en su afán de control y retención del poder y los privilegios. 

Es por ello que si un caudillo populista llega y me ofrece, por ejemplo, terminar con el fraude al mercado que practican los monopolios y oligopolios de nuestros respetables capitalistas, me asegura una jubilación decente acabando con la estafa de las AFP, me devuelve los recursos naturales que soberanamente nos pertenecen, le da educación gratuita a mis hijos, la misma que los neoliberales extremos me arrebataron para endeudarme el futuro, y genera condiciones para asegurar un reparto equitativo de los crecimientos económicos, pues bien, salgo a votar por el.

Pero atento Señor Caudillo, el compromiso es de honor. No se acepta que a mitad del camino se achapline, no se acepta que se olvide de sus compromisos populistas por temor al fracaso y al bullying de la élite. Porque no se vale ser populista para llegar al poder y luego descubrirse "serio y responsable". Rancio con tinturas. 
Si eso ocurre, No se extrañe entonces si baja en las encuestas y lo odian las redes sociales No se extrañe si por ese fraude imperdonable, se levanta un caudillo realmente loco, de esos que, como decía el poeta populista, mas popular de todos, hacen llover sangre.






martes, 14 de julio de 2015

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Las razones de escribir. Un prólogo tardío a The Chilean Fiction

https://www.smashwords.com/books/view/558155


The Chilean Fiction es un experimento, a la vez que un tributo. Estoy muy consciente de que no es una Obra Maestra, no lo pretende. También estoy muy claro de que siempre tendrá serios problemas de copyright, ya que he plagiado sin remordimiento ninguno, a casi el noventa por ciento de los personajes, y a algunos hasta los he matado sin consentimiento de sus autores. Claro está, se trata de un libro condenado. Condenado a la autoedición, quizás a la piratería, y definitivamente al underground, y eso es lo que más me gusta. Me gusta el underground y la piratería, ya lo saben mis cercanos. Moriré de emoción si alguna vez lo encuentro impreso en alguna cuneta, o escucho a un chico en un bar porteño, criticándolo al fragor de una cerveza.
Lo cierto es que la idea nació como un experimento cuando retomé la escritura tras varios años de redactar demandas de divorcio. Fue un escape, justo en tiempos de enfermedad de una persona a la que quise mucho. Fue mi terapia para soportar el miedo y las abrumadoras responsabilidades del hombre adulto. Fue una vuelta a la libertad que sólo encuentras en la niñez. Un tributo a la lectura, a los héroes, a la narrativa más fecunda y pop, pero más especialmente, a las personas que me involucraron en ese proceso desde mi primeros días en este paseo por la tierra.
Y es que uno de los primeros recuerdos que tengo de mi vida, es el de estar leyendo. Recuerdo que leía una historieta en un vagón del metro de Santiago de Chile, sentado junto a mis papás, en tiempos en que no sabía leer, escribir y ni siquiera hablar. Mis padres seguro me la compraron para que me entretuviera con los dibujos tras salir de una consulta médica. Era una historieta de Walt Disney, del Pato Donald. Lo recuerdo con total nitidez, como si fuera ayer.
Recuerdo que mis padres leían. Yo los veía leer. Eran padres relativamente jóvenes, estudiaban y trabajaban, por eso se lo pasaban leyendo. En los ratos libres mi vieja nos leía cuentos de Charles Perrault, y alcanzaba el paroxismo interpretativo, con "La Caperucita Roja" en el momento en que nosotros transpirábamos de emoción bajo las frazadas, y ella transformaba magistralmente a la tierna abuelita, en el malvado Lobo Feroz asesino.
La primera historieta que leí realmente, fue una de la DC comics en que los superhéroes de tierra uno y tierra dos se reunían en un mismo episodio de la Liga y la Sociedad de la Justicia. El enemigo era Salomón Grondi. Era alucinante. En 32 páginas de la revista publicada por la editorial mexicana Novaro, ver a tanto superhéroe reunido, de mundos paralelos, era algo que me dejó sin palabras. 
Esa revista me la compró el hermano menor de mi papá, en un terminal de buses. Después mi viejo, tras un viaje en comisión de servicio, llegó una noche y me regaló una historieta de Batman que selló mi amor por el obscuro detective. Era una historia misteriosa, en cuya viñeta final, Alfred, el mayordomo, traicionaba a Batman golpeándolo por la espalda y Bang! ... "continuará". 
Lamentablemente, en esa época las revistas llegaban muy discontinuadas, costaba encontrar el número siguiente y nunca supe lo que ocurrió finalmente. La única serie que pude alcanzar a reunir fue una de Superman luchando contra Brainiac y un planeta devorador. El último de los tres números que componían la historia me la regaló mi hermano mayor, también en un terminal de buses, y con ello, emocionado fui leyendo por fin una historia con un desenlace. Por principio de Murphy, la historieta se me quedó en el bus, y pese a mis intentos por recuperarla, (recuerdo que escribí varias notas de reclamo en la agencia de buses), nunca la recuperé.
Luego comenzaron los libros de Francisco Coloane, el Último Grumete, Tierra del Fuego y Los Conquistadores de la Antártica. Comencé a leer más y más. Iba con mi vieja a un cambio de revistas, donde yo podía cambiar una revista de esas para mujeres, como Cosas o Vanidades, por tres de superhéroes, era genial.
Luego me hizo socio de la Biblioteca Pública, donde me entregaron un carné de cartón verde con mi orgullosa foto de lector. Partí leyendo libros de dinosaurios y luego, por curiosear leyendo las primeras páginas de distintas obras, que era el método para escoger las lecturas, junto con la portada obviamente, las encargadas se sorprendían de que un niño de no más de once años, se interesara por libros que eran considerados como para adultos, como ocurría cuando entre Sherlock Holmes y Drácula, me llevaba a "Fausto", "El Médico a Palos", y hasta comencé a experimentar mis primeras sensaciones carnales, con "El Decameron".
Recuerdo el impacto que a esa edad me provocó leer el inicio de "Crónica de una Muerte Anunciada": "El día en que lo iban a matar, Santiago Nasar...". 
Era increíble, te contaba el final y ya querías seguir leyendo. Recuerdo que dibujé varias historietas de Batman que en la primera viñeta iniciaban con esa frase o que de un modo u otro se inspiraban: "La noche en que el Guasón mató al Comisario Gordon, el policía despertó más temprano de lo habitual."
Gracias a mi inquebrantable bronquitis y el continuo desastre de mis amigdalitis purulentas, tenía mucho tiempo para leer, dibujar y escribir apoyado en el respaldo de la cama, al punto que una sifosis me obligó a pasar parte de la adolescencia con un doloroso Corsé de fierro. Nunca dejé las historietas, y creo que mis viejos hallaban consuelo en esos primeros años de enfermedad al ver que al menos cuando el cuerpo de su pequeño sufría, la mente se nutría, y sólo se necesitaba de un poco de lectura para recompensar por tantos dolorosos pinchazos de bencetacyl 633 en el culo.
Sin embargo algo extraño ocurrió. Cuando ya mejoró la salud, otra parte se desafinó. Cursando octavo básico, el colegio me obligó a leer varios libros que yo no habría escogido jamás, y además con fecha tope. Aguanté sin muy buenos resultados académicos la lectura de textos infantiles como "Perico trepa por Chile", y una suma de evaluaciones consagradas a determinar si se reconocía al protagonista, al tipo de narrador y toda clase de tonterías de ese tipo. Fue la propia lectura la que me mató las ganas de leer y el golpe de gracia me lo dio "El Diario de Ana Frank". Yo que nunca había sentido curiosidad por leer ni siquiera el diario de vida de mi hermana, me pareció un suplicio leer tamaño mamotreto triste, sin técnica y de evidente final, pues mi vieja, película del Holocausto que había, la arrendaba. 
En conclusión, me harté, y salvo una que otra historieta, dejé de leer voluntariamente y me esforcé, con asco y pesadumbre, por terminar los textos que me obligaba el sistema escolar y que serían evaluados en lo sucesivo.
Creo que ese es un gran problema con la lectura en los colegios. Obliga a un chico a que lea, y de inmediato lo terminará detestando.
Así fue por cerca de cuatro años. No volví a disfrutar de ninguna obra literaria. Pero algo ocurrió, por suerte, algo ocurrió
Tras el paso de varios profesores de letras que no hicieron nada digno de relatar, llegó a la clase de castellano una nueva profesora. Lilian Contreras. 
Usaba un blanco delantal, llevaba el pelo corto y tenía una mirada de fumadora, atenta y reflexiva. No parecía importarle en lo más mínimo si habíamos leído los libros encargados. No nos preguntaba por los nombres de los personajes o el tipo de narración y ninguna de esas payasadas. No hacía pruebas escritas, ni preguntas fastidiosas, sino que sencillamente nos sentaba en círculos y abría un diálogo entre todos los estudiantes, para darnos pistas sobre lo que estábamos leyendo, para ir más allá y obtener nuestras propias conclusiones. 
Nos instó  a  mantener un espíritu crítico frente a lo que leíamos, y los más importante para mí, gracias a la lectura de "Huidobro" y de "El Socio" del notable Jenaro Prieto, recobré mi vieja pasión por las letras. Gracias a esa profesora, volví en mí.
Es por eso que digo que este libro es un tributo, es un agradecimiento al hecho de poder volver en mí. Es, claro está, un tributo a la ficción y a la imaginería nacional. Bastante pista estoy dando ya, con mencionar a Jenaro Prieto y a Huidobro, pues este libro de algún modo busca rendir homenaje a esas dos lecturas, y no casualmente. Rinde homenaje porque es la forma que tengo de agradecer a Lilian por devolverme la magia de los mundos que la lectura abre. 
Gracias a ese talento académico, me reencontré con el niño del vagón del metro que intentaba descifrar una historieta al lado de sus padres.
De las personas que se han relacionado con mi mundo en las letras, es quien me faltaba por agradecer. A Lilian debo darle las gracias también por permitirme, (después de un desastre de rol protagónico en una horrorosa adaptación de "Juan Salvador Gaviota" en que olvidé los parlamentos eternos que redactó una profesora que se creía la versión femenina del maestro  Keating de La Sociedad de los Poetas Muertos), escribir una Obra de Teatro (Ándate al Infierno), representarla frente a los presos de la cárcel de la ciudad. Años más tarde, ya en la Universidad, en visitas a su hogar, le agradezco por acogerme con amistad fraterna y comentar respetuosamente mis primeros poemas, con recomendaaciones y la suficiente sabiduría como para no desalentarme en una época en que me encontraba con las "cuitas" del joven Werther y muchos versos eran más bien, quejas plagiarias de Baudelaire, antes que un material soportable por un lector de fuste.
Es por eso, que tras años de haberme alejado de la escritura, este "The Chilean Fiction", me trajo de vuelta conmigo, con el chico que tosía aferrado a sus libros, sus lápices y sus historietas.
Es por eso que para mi, es más que una historia, un experimento, o un cómic sin viñetas. Es un un tributo a todos esos maestros que me arrojaron de vuelta a la orilla, cuando más ahogado y perdido estaba, aferrado a un libro, venciendo la fiebre o gambeteando a la muerte.

A mi familia, mis amigos, a mi madre, que conjuga los dos primeros, y a la profesora Lilian, donde sea que estés.


jueves, 9 de julio de 2015

Éramos felices

Vivíamos en el segundo piso de una botillería.
Sólo había que bajar la escalera
para comprar 
de esa líquida y espumosa felicidad.

No era mucho lo que teníamos.
Un televisor plomo y antiguo,
grueso y grande,
un dvd player chino con micrófono 
que servía para cantar karaokes,
y con eso nos bastaba.
Sólo con eso nos bastaba.

Cantábamos felices los viernes por la noche,
picando trozos de carne asada
y vinos exquisitos 
alejados de nuestro presupuesto.

Era frío el departamento,
como el aliento de un soviético.
Dos piezas, un baño, 
cómodo y barato -nos vendió el corredor de propiedades, 
un chico pelirrojo que fue novio de mi hermana-
La cocina separada por un biombo y un gomero
orgulloso levantaba en el medio
el refrigerador con las cervezas, 
tus dulces helados de piña,
y una guarnición de vegetales mentirosos,
que le sobrevivían siempre a todos los embutidos.

Bailábamos en invierno 
Cantábamos sobre la alfombra
Nos apretábamos de la risa
sobre la cama y el sillón.
Nos calentaba el alma
una estufa eléctrica barata
que más iluminaba 
de lo que abrigaba,
y lo juro
parecíamos felices.
Si,
Cómo éramos de felices!!
Unos tarros de mariscos en conserva,
Una serie de televisión gringa.
Sencillo y precioso.
Cómo éramos felices
comiendo espaguetis del cinco
con mucha salsa,
y una Coca Cola en recompensa.

Y luego llegaron las nubes.

Compramos muebles de madera fina
Ropas con nombres de príncipe inglés, 
zapatitos de charol 
productos Gourmet
gatos sin pelo y hasta
cremas para el cabello.

Luego llegaron las casas
Los departamentos
Los trabajos
Los viajes
Los gatos
Los abortos
Las mufas  
Las enfermedades
Los familiares visitantes crónicos,
cargosos de tanto pegarse en la pera.

Llegaron con virulencia
Las cuentas,
Las cuentas corrientes,
Los vehículos,
Las campañas políticas,
La vida por el jefe,
La gula por el trabajo,
La gula,
Los papeles,
Los expedientes,
Los créditos,
Las hipotecas,
Las cabezas de chancho,
Las piscinas,
Los gimnasios,
Las borracheras, los amigotes,
Los silencios, largos silencios.

Los segundos lugares de la católica 
Las golondrinas sin flores
Los derrapes por la tumba
La gambeta a la Parca
Tu cabeza sin pelos 
Tu rostro inflado 
como el fin del mundo
en el Apocalipsis de mis brazos
y mis últimos abrazos,
recogiendo tus vómitos negros,
desconsolados de terror,
con la última pizca de mis pasiones sanas,
de mi lealtad fraterna.

Por niños,
nos conformamos.
Le abrimos la puerta a los mormones
Le dimos el biberón a un gato
Ordeñamos al perro!!
Nos compramos un payaso de bolsillo
Y hasta cobijamos una y otra y otra,
las necedades del tonto de mi suegro el Picapiedra.

El dinero corría frenético,
caía ruidoso
como jalado entre cuentas bipersonales.
Pero aún así:
No congelamos los ovulos,
No compramos la máquina del tiempo
Ni parchamos la teta destrozada!!

Fondos mutuos, inversiones
Ambiciones, ansiedades y tribunales.
Nos llevaron por delante hacia el hastío camuflado
de un barranco anunciado por las malas lenguas.

Nada pudo 
contra
los besos sin lengua 
y
las lenguas sin boca.

Los viajes criminales
Los viajes de reconciliación 
en vuelo charter y estrellas confitadas.
Los viajes a ninguna parte.

Llegaron las mentiras
Los bloqueos
Las claves
Las amantes
Las liberaciones impropias
Los insultos
Las guitarras rompiendo los colchones
Y los notarios estafándome con todo.

Y entonces ya no estábamos más 
Sólo dos sombras odiosas quedaban 
de nuestra felicidad 
por los cuartos vacíos 
cargando con culpas
con la negrura del dolor
con el resentimiento arrojado sobre mis trajes
sobre las corbatas con las que no lograste ahorcarme
con varios kilos y sonrisas de menos.

Y todo quedaba lejos, 
tan tan lejos,
de ese segundo piso de la botillería,
donde quedó en silencio,
bailando nuestro amor.









martes, 7 de julio de 2015

Nueva Constitución, Independencia y el Chile de dos mundos.

Una nueva Constitución se plantea y se instala en la discusión. Lagos resurge desde las sombras que dejó el Transantiago para proponer hábilmente la legalización de la marihuana y meterse en el debate sobre una Nueva Constitución. En la derecha se escandalizan, no les gusta nada eso de cambiar las reglas del juego. Por mi parte, no es nada nuevo lo que voy a plantear, aunque nadie lo ha planteado que yo sepa. Independencia. Hoy les vendo independencia.
Descarten desde ya la Asamblea Constituyente, porque eso implica un largo debate, diálogos, concesiones recíprocas y puntos de unión. Una utopía total. 
Seamos realistas, es un problema sin solución. Una parte del país quiere cambiarlo todo, mientras que la otra parte dice que es una locura cambiarlo todo. Si al final de cuentas estamos "tan rebién así como estamos". Cómo lo vamos a cambiar todo?!! - preguntan escandalizados - A lo mas habrá que efectuar algunas modificaciones legales para combatir la delincuencia, y por delincuencia se refieren evidentemente a ese conglomerado de lumpen que pertenece a un mundo que no vive como ellos y que como hordas hambrientas, llega por sus casonas a asaltarlos a punta de cañón y angustias de pasta base.
Cuando usted pasea por Lo Barnechea, Vitacura, Las Condes, o ingresa a la clínica Las Nieves, al colegio Pumas del Alto Cielo, o al jardín infantil "die Engel ficken" del Barrio Alto, sin lugar a dudas que le parecerá que es una soberana boludez pensar siquiera en cambiar las cosas.  Si todo está tan abrigadito, limpio y civilizado, si todo está maravillosamente bien por acá!!
Por qué hacer gratis la educación si podemos pagar por ella, si podemos pagar por una medicina de primer nivel, entonces para qué aumentar impuestos para financiar la salud de una manga de flojos que no quiere trabajar y que quieren todo regalado, se convencen unos a otros comiendo kuchen al calor de la chimenea a leña, esa que escupe su material particulado fino sobre los hogares de los morenos Oompa Loompas que viven continuamente con pre emergencia ambiental y que son los que quieren todo regalado. 
Trabajo, trabajo les damos, trabajo digno, pero ya ni trabajar quieren, por eso terminamos por contratar a los peruanos de domésticos, a los ecutorianos de doctores para las poblaciones, y a las colombianas para los café con piernas. No hay mano de obra porque se acostumbraron a tener todo regalado. Todos quieren ser profesionales y no hay técnicos, quieren educación gratuita pero con la educación municipalizada y gratis son incapaces de sacar un buen puntaje en la PSU, o de portarse bien en los estadios o en sus protestas por la Alameda, donde terminan destruyéndolo todo, porque ni manifestarse bien han aprendido estos rotos. Quieren nivelar para abajo, emparejar la cancha, bajando de los patines al que usa patines y dejarlo a pata pelá, en vez de ayudar al otro a conseguir sus propios patines. Quieren tener todos los privilegios sin esforzarse un poco, la vida no es fácil, dirán  sentados en su cómodo Lexus, observando la fila de la indignidad para subir a la micro del Transantiago. Lo único que consiguen es frenar el "Crecimiento", y el crecimiento es lo que les permite tener acceso a una tarjeta de crédito, un departamento, que el automovil ya no sea un lujo, que puedan salir a comer de vez en cuando, que en vez de hacer cola para comprar pan, jabón y champú, la cola sea solamente para entrar al cine. Nos hay pan huevón, no hay leche huevón, qué chucha es lo que pasa huevón... Eso quieren?
Pero el crecimiento se frena con tanta huelga, tanto paro, cuando se atemoriza a los inversionistas con cambio de reglas del juego, cuando a la banca se le amenaza con debilitar su financiamiento terminando con las AFP´s, y cuanta tontería ñurda y populachenta se le ocurre a la "gente en la calle", y así se termina gobernando para los bochincheros y estancando la economía.
Algunos quieren tirar por la borda decenios de sacrificio y éxito económico, de crecimiento que se ha "chorreado" para todos los ciudadanos, de trabajo digno, de la posibilidad del libre emprendimiento que permite arrancar de la linea de la pobreza si se trabaja duro, con esfuerzo y se siguen los sueños.
Esa es la visión del mundo que una parte del país tiene, efectivamente. Esa parte del país, que vive en un país desarrollado, con hermosas casas, servidumbre, acceso a educación y salud de excelencia. Esa parte del país VIVE el desarrollo, verdaderamente. Entonces, insisto, por qué habría que cambiar el estado de las cosas, por qué piden cambiar la Constitución?!!
La razón es sencilla, porque en ese país sólo vive el 10% de la población:


Estas cifras que ya son conocidas por el grueso de la población, y son analizadass por el artículo a que hace referencia el gráfico de arriba, plantea que "el real problema de distribución en Chile está en lo más alto de la distribución y no tanto dentro del grueso de la población (90% o aún 99% de ella) donde la distribución tiende a ser relativamente pareja. Es realmente en el 1% más rico y sobretodo en el 0,1% y 0,01% más rico donde se concentra el ingreso”. Esta es una de las afirmaciones del estudio publicado en la web de la Universidad de Chile por los economistas Ramón López, Eugenio Figueroa B. y Pablo Gutiérrez, sobre cómo está repartida la riqueza en nuestro país: “La parte del león’: Nuevas estimaciones de la participación de los súper ricos en el ingreso de Chile”.

Los autores establecen que “una pequeña minoría, los súper ricos, se llevan realmente la  “parte del león”, en alusión a la fábula de Esopo, donde un león caza en compañía de otros animales, pero termina quedándose con toda la presa simplemente porque es el más fuerte.

De acuerdo a los datos de esta investigación,  el país que conformamos el 99% de los chilenos y el 1 % de ricos presenta mayor concentración de la riqueza que gran parte del mundo capitalista. Ni en Estados Unidos ni en Japón ni en Inglaterra el 1% de la población de un país goza de tanta participación de la riqueza de su propio país.


Afirman los autores: “Aún en base a una estimación conservadora del ingreso de los súper ricos, su participación en el ingreso personal total es extraordinariamente alta, llegando a mas de 30% para el 1% más rico, 17% para el 0,1% más rico y más de 10% para el 0,01% más rico en promedio durante el periodo 2004-2010. En términos internacionales estas son las más altas participaciones que se conocen. Aun excluyendo ganancias de capital o utilidades retenidas, la participación del 1% más rico es la más alta registrada dentro de una lista mucho más amplia de alrededor de 25 países para los cuales esto se ha medido”.

Si vamos más allá, tenemos que preguntarnos cómo un grupo tan minoritario puede poseer esa nivel de riqueza frente al resto, en un país subdesarrollado, un país pequeñito que es principalmente productor de materias primas. La respuesta es medio evidente, ellos se han apropiado, en igual porcentaje de esas riquezas que le pertenecían a todos los chilenos. 
Minerales, Agua, hasta el Aire y aun el elemento humano, todo es utilizado como mercaderías exclusivas de intercambio, por ese pequeño grupo, en igual proporción a sus riquezas en el país donde las instituciones funcionan. Funcionan. Para ellos evidentemente que funcionan muy bien.
Junto a estos super millonarios, viene luego una casta de seguidores que reciben el chorreo directo de ese "crecimiento" económico que les permite vivir de manera muy acomodada, al punto que pueden declararse a si mismos como pertenencientes a la "clase media". Desde ahí para abajo, el resto es silencio, transantiago, pollos y medicamentos con precios inflados artificialmente, impunidad judicial, coimas políticas, acomodo de leyes e instituciones, hipotecarios y consumos, colegios, matriculas, universidades, aspiraciones, esperanza y demagogia. En ese limbo que nos toca vivir al resto que también nos declaramos patéticamente como de "clase media".
Pasee usted un momento por Freirina, por La Legua, por Llay Llay, por Tocopilla sin Alexis, por Alto Hospicio y Puente Alto. Las cosas por ahí están muy mal, requetemal.
En esos dos universos tan distintos se mueve la nación. Son dos países distintos, con un sistema de creencias totalmente contrapuestos. El país del 10% y sus seguidores son mayoritariamente elitistas y conservadores que creen que la solidaridad es algo muy cercano a la beneficencia y la condescendencia que se practica para la Teletón, o con Un techo para Chile y la Fundación Las Rosas. Creen a pie juntillas que el Estado debe proporcionar seguridad ciudadana como principal tarea y dejar librado el resto al libre emprendimiento. 
No les gusta el libertinaje que observan en la discusión de temas como la mariguana, el aborto y la homoparentalidad. No les gusta la gratuidad, porque sin lucro no existe desarrollo, sin incentivo no existe actividad económica y de ahí sólo se viene el caos totalitario de un Estado que debe controlarlo todo. Una verdadera pesadilla. Un atentado a la libertad.
Para ellos, la felicidad es sinónimo de éxito y de éxito económico y en teoría es alcanzable para todos, sólo basta con esforzarse un poco, aunque ellos mismos no tengan muy claro la clase de esfuerzo que hay que hacer, porque realmente lo habrán practicado alguna vez?
No voy a repasar aquí una vez mas los males de nuestra sociedad actual (jubilaciones de hambre, servicios públicos y hospitalarios en crisis, educación pública y privada carísima, desigualdad abismal, discusiones valóricas en que una élite impone su visión al resto, y un largo etcétera). Sabemos que una parte enorme de nuestra gente exige a gritos, en las calles y en las redes sociales, un cambio Constitucional, pues creen que trazando nuevas reglas del juego podemos mejorar todos esos problemas. 
A mi sinceramente la idea no termina de calentarme, porque sé, que si una Constitución no viene de una revolución, y las revoluciones si no son sangrientas terminan en largas transiciones que benefician a los sospechosos de siempre, no sirve de nada mas que de mascarada y encubrimiento del viejo orden remozado.
Lo que yo planteo es que si nos llevamos tan mal, si no nos gustamos para nada, desde nuestro pensamiento hasta nuestra forma de hablar, de vestir, de nuestros respectivos tonos de piel, entonces no sigamos juntos. Para qué seguir discutiendo si cambiamos la Constitución cuando podemos independizarnos los unos de los otros. Los que gustan de las cosas como están, que se queden con el Estado como está y problema resuelto. El resto, bueno, simplemente nos vamos y armamos un nuevo país y un nuevo Estado, partimos desde cero y creamos ese nuevo Chile que tanto se añora. Nos vamos por fin a armar ese país que se proclama en cada elección por la Centro Inzquierda, ese país lleno de alegrías que tan esquivo se ha vuelto en llegar a nuestras vidas, que nos prometieron y nos mintieron.
Vámonos entonces a crear ese país donde la riqueza material sólo sea un medio y no un fin para el desarrollo espiritual, donde la educación sea gratuita para todos en todos los niveles, una educación basada en la solidaridad, el equipo, la amistad antes que en la competencia, sin mejores ni peores, sino una educación que fomente y destaque el desarrollo de las mejores aptitudes y talentos de cada uno para que así sean personas felices en lo que hacen, lo que crean, antes que de lo que poseen. 
Un país donde los médicos actúen para salvar vidas antes que por forrarse los bolsillos. Un país donde el Estado recupere su inversión en la educación a través del trabajo retributivo que cada profesional y emprendedor entregue a ese Estado que le permitió su desarrollo. Vámonos todos a un país inclusivo, ni siquiera tolerante, que las tolerancias son condescendencias desde una línea artificiosamente creada para definir normalidades. Un país que respete aun a los irracionales, los reaccionarios, los tontos graves, los cientologos, hasta los morenazis. Que todos puedan expresar sus ideales, sean cuales sean estos. Vámonos a crear ese país que se inserte en América Latina como uno más, consciente de su origen y su destino, hermano de sus hermanos. Un país que respete a sus ancianos, los llene de honores y cuidados hasta el final de sus días, antes que esta suma de horrores y miseria hacia las que son enviados para morir como perros. Un país en que la democracia no se permee por el dinero y por campañas publicitarias vacías, con rostros y suciedad antes que ideas y debates. Vámonos a ese país que nos gustaría heredar a nuestros hijos, uno que fomente las emociones, los abrazos, saludarse en el ascensor, ayudar a la vecina a cargar la compra de la feria. Un país donde cada cual haga lo que quiera con su vida si eso le dará felicidad y no traerá dolor a otros.
Vámonos a crear el país que realmente queremos construir y olvidémonos de los que quieren dejar las cosas tal y como están y que a nosotros no nos gustan.
Pero para eso hay que hacer un pacto previo, porque no podemos irnos con las manos vacías. Pero tranquilos señores, tampoco nos llevaremos nada por la fuerza, tan sólo nos llevaremos los justo y probablemente sea menos. Ya que nos vamos los más, se va con nosotros toda la soldadesca rasa, los pacos, grumetes y guardias de supermercado, y les dejamos sus relucientes e impecables Generales. Nos llevamos a todos los cotizantes de las Afpes y retiramos sus ahorros. Se quedan ustedes con las cotizaciones de ustedes mismos, no les tocamos ni un peso, se quedan incluso con las comisiones unilateralmente "pactadas".
No les quitaremos nada de todo lo que ya han tomado, pero eso sí, vamos a repartir ahora por mitades iguales los recursos naturales de que se han hecho dueños y que nos pertenecen a todos. Ya no podrán seguir explotando todo sólo para ustedes, no sean tan descarados. Así que recuperamos el mar para el pescador artesanal y les dejamos la mitad para que se la entreguen a las siete familias, recuperamos la cordillera y las minas, y nos dejamos la mitad y así seguimos, con los glaciares, los ríos, y los bosques. Es un buen trato para ustedes, en estricto rigor matemático sólo debiéramos dejarles el 10%, pero es que estamos tan acostumbrados a vivir con tan poco, que al final qué más da.
Tranquilos que les dejamos sus casas, sus campitos, sus lindas mansiones. Les dejamos sus bancos, pero retiramos cualquier ahorro. Los créditos con la banca los daremos por pagados, pues la Banca aun no pagan su deuda por el rescate que el Estado hizo en los ochentas para salvarlos de las crisis, y si algo queda en su favor, lo tomamos como deuda externa, aunque no creo porque en esa pasada se chuparon mas del 30% del PIB que nos pertenecía a todos. 
Nos llevamos a los trabajadores y les dejamos a los gerentes, nos llevamos a los consumidores y les dejamos sus industrias. Les dejamos a todos los políticos, mira que ya sabemos que son sus amigos más entrañables. Con alguien deben jugar al golf.
Nos llevamos a la selección de fútbol eso sí, que los chicos vienen de nuestros potreros, de nuestra historia en común y les dejamos en cambio, a la selección de Polo, esos que son dos veces campeones mundiales del deporte de los reyes, si al final, todos ustedes son la realeza, los herederos de los Cesares Perdidos. 
Nos llevamos en cambio a los pocos indígenas que quedan, los tristes inmigrantes y los presos, que nos pertenecen como hermanos para reeducarlos. Quédense ustedes con las cárceles, las deportaciones y los monumentos a Valdivia, Pinocho y don Francisco. Nos llevamos a Neruda, De Rokha y la Mistral, y les dejamos con pena a Huidobro. Nos llevamos a Los Prisioneros, Quilapayun, Victor Jara y Violeta Parra, les dejamos a Cecilia Echeñique y Los Huasos Quincheros. Nos llevamos a Allende y les dejamos a su hija. Nos llevamos las putas y les dejamos a los cabrones. Nos llevamos el folclor y les dejamos la patria esa por la que a tantos enviaron a la muerte.
Para qué nos vamos a pelear por definir una nueva Constitución, para qué seguir con la odiosidad, para qué seguir juntos obligándonos a dialogar, a seguir mirándonos las caras, si resulta más sano divorciarnos, si al final nos podemos repartir todo sin quitarles nada y nos llevaremos además nuestros vicios, nuestras promiscuidades, nuestros abortos, nuestra negrura, nuestras capuchas y nuestros reclamos de odiosos gañanes malagradecidos.
Vamos, para qué seguir con la hipocresía, digamos adiós y sean bienvenidos a su nuevo reino, el del mercado sin consumidores, el de las empresas sin molestos obreros en paro, el de los Reyes sin súbditos. 
Les queda libre la mitad del país, sólo para ustedes, los que parecen tan europeos, tan blancos, tan brillantes e ilustres, que seguro se las arreglan solos. Lo harán muy bien, si siempre han sabido salir adelante y hasta tienen la habilidad pasmosa de eludir impuestos burdamente, que algo inventarán para seguir en su éxito pomposo, tan vulgar y material. A ver cómo se las arreglan sin nosotros.
Nosotros, el resto, los que se van, bueno, ya veremos lo que hacemos nosotros. Al menos ya sabemos qué es todo aquello que no nos gusta como pueblo, y desde ahí ya se parte bien, con la esperanza de un nuevo día y sin ustedes sobre el lomo y los pulmones. Adiós, viejos patrones.