Carlos Peña, el oráculo de la moral nacional se ha sumado a la campaña de desprestigio de MEO con su última monserga dominical de "El Mercurio".Nunca he votado por Enriquez, ni siquiera es santo de mi devoción (yo voto por Roxana), pero aquí vemos como a través de distintos medios se promueve un espurio intento de destruir una imagen, es evidente que lo tratan de bajar de la carrera presidencial desesperadamente. Me molesta este rector Peña si voy a ser franco.
El Sr. Peña imparte juicios morales desde el pináculo de su Universidad Privada, germen de las desigualdades y no contento con ello, tiene el descaro de enrostrar que un político en particular, Marco Enríquez-Ominami, dada su particular y trágica historia familiar (que nadie puede desconocer), se haya financiado con aportes de una empresa privada (con un inexplicable énfasis en que es la empresa del ex yerno de Pinochet, construyendo así una cadena de causalidad tan rebuscada como la que idea aquel cornudo que viene a culpar al mueblista que construyó la cama donde se verifica el adulterio de su mujer), porque en definitiva, y más allá de si se trata de aportes del yerno, del nieto, o del tatarabuelo de Hitler, fíjese usted que al final del día, se trata de aportes que se extraen del sistema impuesto por el viejo tirano, con el que ha lucrado por décadas toda nuestra élite, y a destajo.
Hasta donde entiendo, Ponce Lerou no fue más que un vil oportunista que se vacunó a Pinochet y a su hija (se divorció con la llegada de la democracia por lo que no me extrañaría que votara por el No y hasta financiara desde esos años a los concertaplop) y así se sumó como uno más, a la lista de saqueadores que para mantener el sistema financiaron a TODA la clase política, TODA, pero ahora resulta que MEO, de entre todos los pecadores, es el único moralmente vetado para financiarse con el sistema.Es un argumento bien pueril esto de pretender que por el solo hecho de haber sido Ponce Lerou, el yerno de Pinochet, su dinero sea más sangriento, sucio e inmoral, que el que generan, por ejemplo, las universidades privadas que le pagan al Sr. Peña. En serio, me pregunto: ¿no se es cómplice también cuando se lucra con la educación en base a un modelo impuesto con sangre de los adversarios políticos? ¿Cual es la GRAN diferencia de origen entre la fortuna de Ponce Lerou y la de los dueños de las Universidades Privadas? ¿Que acaso ambos no lucraron igualmente gracias al modelo que les regaló el tirano de las gafas negras? Pero al Sr. Peña, autonombrado paladín de la moral republicana, oráculo de la decencia pública, Rector de una de las primeras universidades privadas del país, semillero de esta élite tan vergonzosa que le da palco en El Mercurio, le parece que lo único inmoral, es que los creadores y colaboracionistas del régimen (ese régimen que asesinó al papá de Meo y a 2000 chilenos más) lo financien tal y como han financiado desde el regreso a la "democracia" a toda la clase dirigente, para mantener, cuales master of puppets, este modelo que permita que rectores que venden desigualdad de manera impune, como es mi opinión respecto del Sr. Peña o el bruto arrogante de Benítez (opinión), nos vengan a dar clases de consecuencia. Sin contar la crueldad sinsentido que reviste plantear, pues es lo que plantea, que por el hecho de que Marco Enriquez, "eligió" ser hijo de Miguel Enriquez, podemos boxearlo sin remordimientos de ningún tipo, si eligió ser hijo de un revolucionario asesinado, o muere acribillado en una revuelta o se pone a hacer documentales para salvar a las ballenas, como un niño bueno. Para Peña, entonces, lo consecuente debiera ser que MEO se banque en silencio el asesinato de su padre o hasta que reniegue de su antepasado, y que encima deba conjurar a priori su opción de conducir el país, pues su cruenta orfandad no solo lo debió traumar sino que además lo debió obligar a limitar su financiamiento a uno del tipo que obtienen candidatos como Roxana Miranda, con el aporte del carrito de completos y el bingo autogestionado, en un sistema electoral que castiga fuertemente a los candidatos sin recursos, que no tienen bolsas de cemento para llevar a las poblaciones ni chocman para repartirle a los jubilados.Eso sería consecuente, sí, pero también implicaría una renuncia, una renuncia a la realidad de enfrentarse con igualdad de armas económicas para promover el debate de sus ideas. No seamos cándidos. Bajo el falaz argumento del rector Peña, Meo también tiene prohibido escuchar a los Huasos Quincheros, ver el matinal del Mega, y haberse casado con la Karen, porque antes estuvo casada con un momio recalcitrante de San Felipe. Simplemente ridículo.Peñita, shhhhhh...Muy responsablemente le digo lo siguiente: basta de obsecuencia con sus patrones y hágase un favor moderando las argumentaciones sensacionales, que con ello se pone en evidencia delante de todos sus alumnos, y así, toda la pompa y los ejemplos sartreanos tan pobremente utilizados, no hacen más que evidenciar algo peor que lo que está criticando: su servilismo.
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