mi tierno perineo estrellado.
Tráeme un café cargado,
unas tostadas con palta
y una medialuna con manjar.
Tráeme tus labios.
Móntame como una bicicleta infernal
Ven a esta montaña rusa de temblores volcánicos.
Prepárame la tina, mujer
con sales de fruta
y enjaboname la espalda adolorida.
No olvides dejar las camisas planchadas
junto al periódico, el termo con café y la merienda de mediodía.
Lústrame las botas como tanto te gustaba,
y lánzame un beso coqueto desde la puerta,
que extraño darte las gracias,
qué extraño no haberte extrañado.
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