y esparcir tus cenizas por el aire.
Arrojarte en un volcán,
nada dé sepulturas contigo,
que a mí no me engañas;
yo no te imagino floreciendo pacífica.
Yo te veo de vuelta como un huracán,
Rugiendo feroz como un terremoto!!
Quemando mi tumba con tu lava ardiente!!
Fundiéndonos por fin
en un abrazo eterno
con nuestras entrañas amarradas
a besos mordidos
en el infierno.
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