con cuanto orgullo,
te has convertido en bruja.
Sin mayores atributos
sin estudios,
sin tener talento innato,
te has graduado de hechicera
con honores gambeteados.
Solo te bastó el rencor,
un gato negro
y un muñeco vudú
que compraste en las ofertas,
para condenar al moro infiel,
con castigos draconianos,
y pasar de honesto marido,
a perverso viejo en harapos.
Le has quitado las colleras
el auto, la chequera,
y el campito aquel tan lindo
donde hacíamos los asados!
Para dejarle con las deudas
un jeans viejo,
y dos pares de zapatos.
Conspiraste con su jefe,
y ahora está en la cola del paro,
mendigando medialunas,
pensión, café , tabaco
en la casa de ese amigo,
que nunca creyó en tus encantos.
Y aunque quizás lo merecía,
por su reprochable afición suicida,
por sus excesos de vino
y sus noches sin fronteras,
por desbocarse en los escotes,
de princesas deshonestas
Por qué condenaste a la hoguera
la guitarra y sus poemas,
Si te regaló tantos versos,
cuando aun eras doncella.
Mas ten cuidado hechicera,
con tus cantos demoniacos.
No regales maldiciones
al objeto de tu amor,
después nadie quiere a las brujas,
que entre el odio y el dolor,
ya olvidaron que en su pecho
les latía un corazón.
No hay comentarios:
Publicar un comentario